Recordando al Gaz 51: “el Gazcito” de tantos años

Creado: Dom, 31/07/2016 - 12:14
Créditos
Jorge Esténger Wong
Recordando al Gaz 51: “el Gazcito” de tantos años

Los que peinamos canas y tuvimos contacto con la tecnología soviética, recordamos con nostalgia a este camioncito mediano, humilde y siempre dispuesto a hacer la tarea. El GAZ-51 es el más conocido, popular, y más largamente producido de los camiones de la desaparecida Unión Soviética. Después de la 2da. Guerra Mundial, circuló en innumerables países y hasta hoy nos alcanza su recuerdo.

Terminaba la Segunda Guerra Mundial y la Unión Soviética (URSS), aunque diezmada en población y devastada en economía, se preparaba –como el resto del mundo– para continuar la vida y dejar atrás tantos horrores. La industria de la URSS resultó épica en ese conflicto y lo demostró una vez más al comenzar el proyecto del Gaz 51, justo cuando se lanzaba el esfuerzo final contra Hitler.

Así, los primeros prototipos fueron producidos antes del final del conflicto, y la producción en masa empezó en 1946, incluso por delante de que fabricantes norteamericanos –que tenían su industria intacta– pudieran presentar modelos nuevos. El motor original de este camioncito batallador era un seis cilindros en línea, de gasolina, y con una potencia de 70 CV con 3.485 L de cilindrada. Se utilizó de forma masiva, como es lógico pensar, y se hizo proverbial "sí fiabilidad y fácil mantenimiento". Los choferes que alguna vez lo condujimos, siempre le estaremos agradecidos por su dócil comportamiento, jamás dejarnos abandonados y sobre todo, por su fácil reparación. Como decimos popularmente, se arreglaba con ”cualquier cosa“.

La producción del GAZ-51 continuó por décadas, hasta 1975, y resultó tan popular que también fueron fabricados bajo licencia en Polonia, como el FSC Lublin-51, en Corea del Norte –como el Sungri-58, con variantes a carbón y a gas de leños– y en China, como el Jiefang CA-30 o como el Yuejin NJ-130. En Cuba, aún quedan algunos llevando la merienda a las escuelas o en labores de pequeñas cargas, como siempre casi en el anonimato, sin que apenas nos percatemos de cuánto nos han servido todos estos años. ¡Gracias Gazcito! 

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Jorge Esténger Wong