Red Bull y Mercedes discrepan sobre la entrada de cambios en 2016

Creado: Dom, 15/02/2015 - 21:59
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carandriverthef1.com
Red Bull y Mercedes discrepan sobre la entrada de cambios en 2016

Los equipos de la parrilla no están de acuerdo sobre si los cambios sustanciales que experimentarán los coches en los próximos años deberían introducirse en 2016 o 2017.

Todo parece indicar que en unos cuantos años la Fórmula 1 habrá experimentado una metamorfosis sustancial. Con la llegada de los motores de 1.000 caballos de potencia como medida estrella, el campeonato afrontará una nueva etapa con la que buscará recuperar la audiencia perdida durante las últimas temporadas.

Pero el cuándo y cómo de estos cambios todavía no está aclarado, según ha apuntado el experto de la BBC Andrew Benson. A día de hoy, existe un desacuerdo entre los equipos que defienden la introducción de estas modificaciones para 2016 y los que abogan por retrasar estas medidas hasta 2017. Al parecer, el primer bando estaría liderado por Red Bull, debido según algunas fuentes a que un reajuste de la situación actual les ayudaría a acercarse a Mercedes, mientras que el otro frente está encabezado básicamente por la firma de la estrella, que defiende la realización de un estudio profundo de las medidas para asegurar su éxito futuro y retrasar su llegada hasta 2017.

Entre los argumentos de los actuales Campeones del Mundo para postergar los futuros cambios está la creencia de que estas serían de tal calado que muchas formaciones abogarían por abandonar el desarrollo de los monoplazas de 2015 y centrarse en los del curso siguiente, debido el escaso período de tiempo del cual se dispondría. Eso, según Mercedes, sería negativo para la emoción del certamen. No obstante, el voto mayoritario dentro del Grupo de Estrategia parece estar del lado de Red Bull.

Entre medias de estos dos bandos, al parecer, se encuentra Ferrari, que también comparten el deseo general de reducir los costes y mejorar el espectáculo. La diferencia con las otras escuadras está en que la Scuderia opina que las modificaciones menos sustanciales deberían llegar ya en 2016, mientras que aquellos cambios de mayor trascendencia sí que tendrían que hacerse esperar hasta 2017.

Dicho esto, hay que concretar que aquellos puntos donde sí existe un consenso sólido son los siguientes:

-Hacer los coches más anchos, volviendo a la medida de dos metros que existió hasta 1997 y renunciando a la actual de 1,8, vigente desde 1998.

-Ruedas traseras más anchas.

-Aumentar la potencia de los propulsores hasta los 1.000 caballos en lugar de las cifras actuales, que rondan los 850.

Por el contrario, el mayor generador de discrepancia, a parte de la fecha de introducción de las medidas, es la necesidad de realizar una investigación exhaustiva que garantice el buen hacer de las modificaciones.

En otro lugar estarían las discusiones sobre los requisitos técnicos de los chasis, los cuales están siendo debatidos por los responsables técnicos de cada equipo. Estos elaborarán un documento que podría ser aprobado por la Comisión de la F1 el próximo 17 de febrero.

Por otra parte, antes de 2016 se realizará un proceso formal para seleccionar al futuro proveedor de neumáticos, ya que Pirelli termina contrato en dicha temporada. Los futuros neumáticos de la categoría serán de un perfil más bajo, con unas ruedas que tendrán 18 o incluso 20 pulgadas, a diferencia de las actuales de 13.

Pero, llegados a este punto, ¿de verdad todos estos cambios son los que necesitan la F1 para volver a enamorar a las audiencias? Una gran mayoría de los jefes de equipo afirma que la presencia de motores más potentes y ruedas más anchas es defendida por todos. Según ha asegurado uno de estos, es "el mínimo común denominador". Y es que con dichos cambios se volvería a un Campeonato similar al de principios de la década de los 90, época en la que muchos de dichos dirigentes empezaron a seguir esta competición. Es por esto por lo que están convencidos de que volver a esos tiempos será bueno para aumentar el número de fans.

Eso no quita que otros dirigentes, como Toto Wolff, duden de que volver al pasado sea beneficioso en estos momentos, y defiendan por ello una investigación seria y profunda de qué necesita la F1.

Por último, en el debate de cómo incrementar la potencia de los motores también existe diferentes posturas. La que no parece contar con ningún apoyo es la de Bernie Ecclestone, quien siempre se ha declarado contrario a las actuales unidades de potencia al considerarlas demasiado costosas y silenciosas. Pero las marcas se niegan a abandonar la arquitectura actual de las unidades de potencia.

Tampoco ha salido adelante la idea que en su día propuso el presidente de Ferrari, Sergio Marchionne, que defendió utilizar un motor V8 de 1.9 litros que, en teoría, reduciría los costes. Dicha idea quedó guardada en el cajón finalmente, ya que al directivo italiano le recordaron que cambiar una vez más el prototipo de motor podría suponer que Mercedes volviera a aumentar su ventaja, ya que los alemanes cuentan con el mejor departamento de propulsores dentro de la categoría.

En lugar de estos, la casa germana aboga por aumentar el flujo de combustible, medida con la que creen que bastaría para superar las actuales cotas de potencia. Por el contrario, Red Bull afirma que eso supondría un importante rediseño de las unidades propulsoras que sería demasiado caro. Por ello han defendido la congelación de la parte híbrida de la unidad de potencia y delimitar el desarrollo de estas a tan solo la parte superior del motor, como los cilindros o las válvulas.

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