Renault Ludo 1994, un carrito delicioso

Creado: Dom, 07/08/2016 - 17:09
Créditos
Jorge Esténger Wong
Renault Ludo 1994, un carrito delicioso

En la recta final del siglo XX, en la década de los noventa, parecía que todo era posible. Lo posible jamás estuvo tan cerca de la imaginación. Fueron los años gloriosos de las empresas ”.com“ y compañías como Renault tenían prototipos increíbles, cual este simpático carrito, al que llamaron ”Ludo“, tal como el simplificado juego inglés basado en el indio parchisi. ¿Qué tenía el proyecto francés en común con un juego inglés de cien años atrás? ¿Cuáles eran los detalles del concept? Alcance todas las respuestas tras el salto.

El Ludo fue, ante todo, un ejercicio de juego con el espacio. Renault concibió con él maneras de proveer el máximo espacio posible con tamaño compacto. Todo el diseño giraba alrededor de este criterio, combinando decisiones tanto exteriores como interiores para maximizar el espacio. En muchos aspectos recuerda –y hasta se compara– con el FIAT Multiplá, pero sin la horrible apariencia de este. Sus puertas se abren deslizando, dejando todo el lateral listo para acceder al auto o introducir objetos o hasta alguna carga, pues carece de columnas. Orientado a la juventud, los alentaba, como en el juego inglés, a combinar posibilidades para lograr avanzar el máximo.

Una vez dentro, sus asientos eran removibles para configurar el interior según nuestras necesidades de forma rápida e inmediata. Parecía el sucesor natural del Citroën 2CV y el Renault 4, brindando un poco de las ventajas de ambos. Construido casi por completo en aluminio, su peso era mínimo y sus ventanillas y parabrisas envolventes ”ganaban“ un poco de espacio más, al tener la comba hacia afuera. Por último, el techo era deslizante mediante un mecanismo eléctrico, facilitando aún más el acceso, y dando una maravillosa perspectiva panorámica.

Tanto concepto adelantado estaba complementado con el empleo de un motor alimentado por gas natural y acoplado a una transmisión automática. Como fiel exponente de esos años noventa, ya empleaba un sistema de navegación a bordo, con las limitaciones de entonces, aunque en ese momento era lo máximo.

Créditos
Jorge Esténger Wong