El sector de furgonetas europeos ha sido mucho más competitivo que el norteamericano, con excelentes modelos a lo largo de los años. La Volkswagen Transporter, la Mercedes Vito o la Ford Transit –de marca norteamericana, pero desarrollo totalmente europeo- han sido referentes del sector. En los años ochenta, el fabricante francés Renault presentó la Trafic, resultado de un esfuerzo junto a Opel y Nissan. Veamos los detalles tras el salto.
Con un nombre claramente enfocado a tomar referencia subliminal de la líder Ford Transit, el vehículo de Renault destacaba por su plataforma amplía, con un espacio considerable de carga, facilidades para acomodarla y acceder a su interior. Siendo una furgoneta mediana, ofrecía un espacio total más que generoso, pues su cabina era de las mejores en el mercado en ese momento. Con una estética muy acorde con los tiempos, de líneas cuadradas o rectangulares y ángulos rectos por doquier, la Trafic llegó como una opción muy actualizada, en un momento en que otros se reinventaban para continuar en el mercado.
Existieron, numerosas versiones y configuraciones de carrocería, entre ellas una sin vidrios de tres plazas, una de nueve plazas y una chasis-cabina. Con todas era posible acceder a una diversidad de motores diésel, todos con turbocompresor e inyección directa common-rail: un 1.9 L de 82 o 100 CV, un 2.0 L de 90 o 115 CV, y un 2.5 L de 135 ó 145 CV y posibilidades de tracción delantera o trasera, por lo cual se podía lograr un vehículo muy personalizado a las necesidades de los clientes.
Se mantiene en producción desde 1981 en Europa, en asociación con General Motors –a través de Opel- y Nissan, con factorías en Inglaterra y España. También se ha fabricado en la Argentina, en la planta de la marca en Córdoba.