Genio y figura. Así es Valentino Rossi, protagonista del último número de la revista 'Solo Moto'. El piloto de Ducati no se muerde la lengua y, a la afirmación de Giovanni Zamagni, autor de la entrevista, de que ya no existen pilotos como los de antes, puntualiza: "Estoy de acuerdo, pero la culpa la tienen los pilotos que ahora lloran mucho. Nuestro deporte siempre ha sido un deporte de contacto, agresivo. Pero aún quedan pilotos con pelotas". Una frase en la que, subliminalmente, parece insinuarse la figura de Marco Simoncelli y las polémicas que han agitado el Mundial 2011.
Rossi se muestra distendido tan sólo unos días antes de que se reanude el campeonato con la disputa del GP de Brno de la próxima semana. El Doctor reconoce que si no hubiera sido piloto no habría ligado tanto: "Eso es absolutamente cierto. A las mujeres les gusta mucho el dinero y sobre todo el poder (...). De todas formas, para una chica guapa es mejor ir con un piloto que con un rico de 60 años con la barriga". Rossi apenas baja a la arena técnica, si acaso cuando reconoce que "la Ducati es una moto difícil" o afirma que "Stoner ha sido subestimado en las categorías pequeñas", pero regresa a los aspectos personales para subrayar su forma de ser: "Mis detractores dicen que yo juego con los periodistas, pero la verdad es que... no es verdad. Con la gente a la que respeto soy una persona agradable y simpática". Así es él: Rossi, el nueve veces campeón del mundo. El piloto que se siente orgulloso de una cosa por encima de todo: "Mi mayor mérito es entusiasmar a gente que no le gustan las motos".