Cuando Valentino Rossi cruzó tercero la línea de meta en Jerez, el mito italiano escribía una nueva página en los libros de historia.
Con diecinueve años de experiencia informando sobre el Campeonato del Mundo de MotoGP™ en Motorcycle News, Matthew Birt conoce bien los entresijos de la competición. En la temporada 2015 se une a motogp.com para traerte noticias exclusivas y su opinión desde el corazón del paddock.
Precisamente 18 años y nueve meses después de que Rossi fuera tercero en el GP de Austria, en el trazado de A1 Ring por detrás de Ivan Goi y Dirk Raudies, el tercer puesto del italiano en Jerez suponía su podio número 200 en el Campeonato del Mundo.
Ningún otro piloto ha estado siquiera cerca de esta señalada cifra. En realidad, el piloto más próximo es su legendario compatriota Giacomo Agostini, con 159 podios.
El último récord logrado por Rossi demuestra una vez más su increíble longevidad en lo más alto de la competición.
Para poner este logro en perspectiva el Gran Premio de Austria de 1996 se celebró un día después de que yo cumpliera 23 años. Y ahora no queda mucho para mi 42 cumpleaños.
Han pasado 6.847 días entre el primer podio y el número 200 logrado en Jerez, ¡978 semanas y un día!
El logro de Rossi resulta único, particularmente por tratarse de un deporte donde el peligro aguarda en cada curva y el riesgo de lesionarse supone una amenaza constante. No conduce un coche de golf ni empuña una raqueta de tenis o un taco de billar para ganarse la vida.
A partir de aquí hay que tener en cuenta las exigencias físicas y mentales de pilotar una moto de 260 CV en un Gran Premio de MotoGP, absolutamente al límite durante tres días a lo largo de 18 fines de semana.
Eso requiere una motivación y dedicación sobrehumanas para mantener su mente y su cuerpo constantemente en forma.
Para mí, no sólo cuenta el hecho de que Rossi todavía es capaz de competir y superar a pilotos como Marc Márquez y Jorge Lorenzo, aunque sí es lo más impresionante de todo.
También cuenta la realidad de que él todavía quiera hacerlo.
No es por dinero. Rossi tiene más del que hayas podido desear en tus sueños más salvajes y financieramente tiene la vida resulta.
Lo hace porque le encanta.
Él quiere estar en el garaje de Movistar Yamaha hasta después de ponerse el sol, analizando datos con su equipo y calculando dónde puede ganar una milésima de segundo sobre su YZR-M1.
Tampoco elude pasar a diario por el gimnasio para mantenerse en la mejor forma física posible. Avanza constantemente haciendo mínimos ajustes en su estilo de pilotaje para mantener su competitividad. Incluso a los 36, Rossi es la prueba de que todavía se puede enseñar trucos nuevos a un perro viejo.
Pero lo que más le gusta es la emoción de la competición y lo vibrante de una batalla rueda con rueda. También disfruta poniéndose a prueba contra una rápida generación más joven encabezada por Márquez.
El pasado fin de semana en Jerez, le pregunté cómo era capaz alimentar su motivación para seguir compitiendo al máximo nivel.
Ésta fue su respuesta: ”Te puedes quedar en casa porque ya has tenido suficiente, dejar de arriesgarte y relajarte. Pero en mi caso es que me gusta mucho correr. Me encanta mi vida, viajando por todo el mundo, y especialmente con Yamaha y mi equipo. Y el sabor de la victoria siempre es especial. Es un placer trabajar para lograr esa sensación“.
Ahí lo tenéis. Continúa tan motivado ahora compitiendo con Márquez y Lorenzo como lo estaba hace casi 20 años contra Goi y Raudies.
También es un buen trabajo porque parece que su lucha por el título contra Márquez y Lorenzo lleva camino de convertirse esta temporada en otro episodio memorable de choque de estilos y personalidades.
Después del brillante retorno de Lorenzo en Jerez y el dolorido segundo puesto de Márquez, ambos han conseguido recortar unos puntos preciosos a Rossi en la batalla por el Campeonato.
Un podio número 201 en Le Mans el próximo fin de semana sería, desde el punto de vista de Rossi, la mejor receta que El Doctor podría extender.