Con el Kia GT4 Stinger el estudio de diseño de California ha querido rememorar aquellos deportivos de pura raza, pero totalmente asequibles. Se trata de un 2+2 con tracción trasera que huye de la electrónica para conseguir una unión total entre el hombre y la máquina.
El motor es un 2.0 litros gasolina de inyección directa (T-GDI) y cuatro cilindros que proviene de los coches de carreras Kia, pero en vez de los más de 400 CV que tienen los de competición se queda en unos considerables 315 CV.
Toda la potencia se transmite a la carretera con una caja de cambios de seis velocidades manual hacia las ruedas Pirelli P-Zero 235/35R20 (delante) y 275/35R20 (detrás). Los neumáticos delanteros se esconden debajo de las aletas para garantizar un mayor agarre y vienen vestidos por unas llantas de 20 pulgadas de fibra de carbono que les refuerzan y hacen más ligeros a la vez.
Para el chasis se ha optado por una personalización que incluye suspensiones independientes de doble horquilla. La distancia entre ejes es más corta que la de un Kia Cee’d (2.619 mm), aunque la distancia total es la misma (4.310 mm), mientras que la anchura es mayor que la del Kia Optima (1.890 mm). El peso final del conjunto se ha quedado en 1.304 kg, con una relación peso/potencia resultante de 4,13 kg/CV.
Simplicidad en el diseño del Kia GT4 Stinger
Según Peter Schreyer, jefe de diseño de Kia, con el concept del Kia GT4 Stinger se ha querido dar una apariencia de funda retráctil. Es como si los paneles que forman la carrocería cubrieran el chasis en lugar de ir soldado como se fabrica normalmente.
Para el frontal se ha adaptado la rejilla característica de Kia, colocándola cerca del suelo para garantizar una máxima refrigeración del motor. El marco es de color blanco y por dentro hay otras capas de satén negro. A su lado se encuentran los faros LED verticales junto con unas pequeñas rejillas de ventilación. Por último, se ha colocado un splitter de fibra de carbono para pegar más el coche al suelo a altas velocidades.
El capó largo tiene dos detalles cromados en el centro para acentuar los huecos de refrigeración. A los lados, destacan los pasos de rueda que envuelven los neumáticos y que sirven como punto de partida de la cintura del lateral.
Los pilares son transparentes lo que provoca que el conductor tenga una visión de 270 grados desde su puesto. Las ranuras que se pueden apreciar en las fotos, reducen el peso del conjunto y aportan una mayor visibilidad.
En la parte trasera, que ensancha 275 mm, destaca el negro sobre las luces LED rojas que marcan el borde exterior de la silueta. El cristal se levanta para dar acceso a un pequeño maletero y los tubos de escape van integrados en el parachoques.
Las puertas para entrar en el habitáculo han sido fabricadas con materiales ligeros y cubiertas con cuero que recuerda a los coches de carreras. Es curioso ver como en los tiradores de las puertas se han colocado unas correas rojas para cerrar mejor.
En el suelo se ha cambiado las típicas alfombrillas por colchonetas de goma, situadas por debajo de los pedales de aluminio. El panel se ilumina con luces LED e incluye un gran velocímetro y el indicador de marchas. Eso sí, no busquéis el equipo de música porque no lleva, ya que según Kia el audio viene del capó y los altavoces son los tubos de escape.
A día de hoy Kia no se plantea llevar el Kia GT4 Stinger a la producción, pero la marca coreana ya nos ha demostrado que los tienen muy en cuenta con modelos de producción cercanos a los prototipos.