Si bien sus ventas no comenzarán hasta junio, Seat ya ha presentado el modelo con el que espera consolidar su regreso a la zona verde de los beneficios. Se llama Ateca y señala el debut de la compañía en el segmento de mayor auge en Europa y en el que la marca todavía no había entrado: los SUV.
En realidad, no es ninguna sorpresa, pues la firma española venía trabajando en ello desde que presentó hace un año el prototipo 20V20 y el lanzamiento de un todoterreno parece un camino natural tras el éxito del Seat León, que ha superado en ventas al Ibiza.
De hecho, según el presidente de Seat, Luca de Meo, el Ateca ”está llamado a convertirse en el tercer pilar de la marca“, mientras el vicepresidente de I+D de la compañía, Matthias Rabe, mostró su confianza en que ”su conducción ágil establecerá un estándar totalmente nuevo“ en un segmento, donde intentará competir con rivales como el Nissan Qashqai o el Mazda CX5.
En ese sentido, resultan destacable su afilado diseño de líneas angulosas y el minucioso detallismo con que ha sido configurado su habitáculo para potenciar el confort interior y la practicidad, como bien demuestra su espacioso maletero con 510 L de capacidad (son 485 en las versiones de tracción total). Entretanto, el fabricante asegura que el nuevo vehículo se sitúa entre los más ligeros de su tipo, toda una garantía de prestaciones, eficiencia y buen comportamiento sobre el asfalto, pero también fuera de él.
Y es que el Seat Ateca no solo cuenta con múltiples ayudas a la conducción que garantizan la seguridad, la conectividad y el confort de manejo, sino que su arsenal tecnológico también añade el sistema Seat Drive Profile, para modular parámetros (dirección, respuesta del acelerador y del estabilizador…) que adaptan el coche a las condiciones del terreno y las preferencias del usuario.
Algo que también apuntala su oferta mecánica con un rango de potencia entre los 115 y 190 CV, que abarca los motores TDI de 1.6 y 2.0 L, con consumos entre los 4.3 y los 5 L/100 km, y los bloques de gasolina TSI 1.0 y 1.4 TSI, que gastan 5.3 y 6.2 L respectivamente. En el caso del último, además, viene dotado con el sistema de desactivación de cilindros ACT para fomentar el ahorro cuando no se exige todo su poder.