Lista para dar en breve un salto al lado más amable de la automoción con el medio ambiente, Skoda develará dentro de un mes en el Salón de Shanghai su primer prototipo de un coche eléctrico, denominado Vision E.
Y de entrada no parece fortuito que la marca checa del Grupo Volkswagen haga esta presentación en China, convertida también en el primer mercado mundial para estos vehículos.
Hasta el momento Skoda solo ha lanzado modelos de combustión tradicional, pero viendo los derroteros que sigue la industria combinado con los planes de su matriz, quiere entrar con fuerza en el terreno de la movilidad alternativa.
Además, viendo la predilección actual por los SUVs y la buena acogida que está teniendo el Kodiaq, llevar a la producción un prototipo como este sería un movimiento lógico, dado que prefigura un todocamino de corte cupé.
Con una longitud de 4,65 metros por 1,917 de ancho y 1,55 m de alto, el Vision E impone, acicalado con un diseño afilado y nervudo que favorece su dinamismo, junto a un habitáculo extremadamente espacioso.
A partir de los 225 kW de potencia de su tren de propulsión, el Vision E acelera instantánea y dinámicamente hasta una velocidad máxima es de 180 km/h, con una autonomía de 500 kilómetros, gracias a unas potentes baterías de iones de litio y a la gestión inteligente de sus dos motores que cooperan con la máxima eficiencia.
Por si acaso, mientras se prepara para dar el salto, Skoda comunicó que en el 2019 llegará el Superb híbrido enchufable y solo un año después saldrá a la luz su primer automóvil 100% eléctrico. El primero, pero no el último: pues hasta el 2025 sumará otros cuatro a su gama.