Tucker convertible: increíble y a subasta

Creado: Dom, 10/01/2010 - 23:12
Créditos
Jorge Esténger Wong
Tucker convertible: increíble y a subasta

La historia de la marca Tucker es una de las más hipnóticas de la historia del automovilismo mundial.  Se han escrito y hasta producido filmes sobre el tema. Excelencias del Motor, en su edición impresa No. 13, publicó una reseña sobre la singular marca estadounidense.  Ahora, luego de 62 años de su desaparición, vuelve a ser noticia debido al anuncio de la subasta del único Tucker convertible del que se tenga noticia.

John Gunnell no lo menciona en la Edición Revisada de su Catalogo de Autos Americanos en el tomo de 1946 al 75, ni se recoge en otras antologías consultadas por nosotros hasta hoy.  En todas se establece una producción de 51 unidades, del modelo único Torpedo, un sedan de cuatro puertas y capacidad para seis pasajeros.  Uno de ellos rebasó las 131 mph (210 km/h) en Bonneville en 1950.

Los Tucker Torpedo tuvieron en su lanzamiento la mayor cobertura en la historia del automovilismo en Norteamérica, hasta ese momento.  Nunca antes (y quizá nunca más) se levantó tanta polvacera en la introducción de una nueva marca.  A ello contribuyó no solo las novedades del vehículo, sino también el inusual método de financiamiento empleado por Preston Tucker.  La historia es conocida, y los Tucker alcanzaron un estado de gracia como clásicos del automovilismo con igual celeridad.  Actualmente se subastan unidades por más de un millón de dólares.

Los Torpedo destacaban por su ingente espacio interior, su motor de helicóptero en posición trasera y sus tres luces frontales, una giratoria. La noticia ahora es la próxima subasta del único Tucker convertible del cual se tenga noticia, y ¿cómo dejar pasar semejante noticia en nuestra sección de clásicos?  Resulta que Benchmark Classics of Wisconsin tiene en su poder el único ejemplar creado, y lo subastará en la Russo and Steele’s 10th Annual Auction, del 20 al 24 de enero. Se espera que supere ampliamente el millón de dólares, yendo a parar a las manos de algún coleccionista tan entusiasmado como adinerado.

La crucial pregunta de si es ó no un ejemplar autentico será apenas un detalle, y los muchos clubes de aficionados a Tucker con serias dudas al respecto y las décadas de auténticas guerras de tinta sobre su existencia solo servirán para ensalzar la porfía que de seguro tomará ribetes extraordinarios, como el propio auto.

La historia contada y recogida nos dice que el coche fue comprado por Benchmark Classics a Alan Reinert, quien lo poseaía desde hacía mucho tiempo. Tuvieron que creer en la originalidad porque a cambio Reinert recibió un Chevrolet Corvette del 57 completamente restaurado, un valioso Ford Thunderbird del 2003 ”007 Edition“ y una gran suma de dinero.

A cambio el taller de Winconsin obtuvo un Tucker Convertible a medio montar y sin registros escritos de ningún tipo, aparentemente un proyecto secreto de fábrica.  Es lo mejor que podremos tener dado que desde hace mucho quedó claro que no existieron números de serie oficiales en la producción de Tucker, algo perfectamente lógico en una muestra de apenas 51 unidades.

Como en una buena zaga de Hollywood el chasis lleva estampado el número 57 en muchos puntos, lo que hace suponer que era el chasis número 57 construido por Tucker. Ello nos deja a la espera de la posible aparición de otras seis unidades en cualquier momento.  El propulsor es un Franklin-Tucker auténtico de seis cilindros, la capota del coche está montada pero faltaban los paneles de la zaga. Concretamente la capota usa un mecanismo General Motors con piezas creadas por Tucker, así como el sistema de anclado, también Tucker. Las principales dudas de su autenticidad están relacionadas con dicho mecanismo.

Algo de Leyenda


Tras la quiebra y liquidación de Tucker Cars muchas piezas fueron vendidas, sin guardar registros y apenas con un elemental control contable.  Nadie pensó que se hacía historia, o se deshacía. Muchos creen que el Tucker Convertible no es más que un proyecto artesanal de un buen aficionado. Benchmark Classics lo niega y muestra cómo el chasis fue reforzado y modificado para incrementar la rigidez torsional al quitar el techo. Pasaba a tener dos plazas traseras, que el taller de restauración hubo de tapizar, así como buscar parte de la instrumentación y restaurar algunas partes oxidadas o mal pintadas de la carrocería.  De cualquier forma el resultado final es impresionante, y cualquier amante del automovilismo desearía tener los medios de poseerlo. El auto ya ha pasado su bautismo de fuego en el evento Hershey de clásicos y en unas pocas semanas cambiará de manos.
 

 

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Jorge Esténger Wong