Un Corvette 1954 en La Habana

Creado: Dom, 24/01/2010 - 20:34
Créditos
Jorge Esténger Wong
Un Corvette 1954 en La Habana

Andreas Winkler es un suizo radicado en Cuba por más de 12 años.  En este tiempo la Isla se ha enraizado en su vida, y matizado su personalidad con la cálida sonrisa del Caribe.  Este vínculo ha crecido con el tiempo: amigos y esposa cubanos han terminado de hacerlo un conocedor de nuestras costumbres y tradiciones, pero sobre todo de nuestra vida diaria.  Así, Cuba también le despertó la pasión por los autos clásicos.

Todo comenzó varios años atrás cuando circulaba por el Malecón Habanero (la más singular Avenida de La Habana, repleta ella misma de costumbres y tradiciones que enriquecen el carácter de la capital de Cuba) mostrando a un amigo suizo esa zona de la Ciudad de la Habana.  De repente, en una de sus sensuales curvas –trazadas a semejanza de la cadencia incomparable de la mulata criolla- su amigo brinca en su asiento y lanza una explosión de frase: ”sigue a ese auto“, como en el mejor thriller de acción.

Recuperado de la impresión Andreas alcanza a preguntar la causa de tanto alboroto, mientras realiza uno de esos giros en U en medio del Malecón, los cuales aunque impensables para todo cubano se han convertido ya en una simpática, aunque muy peligrosa, tradición de los turistas que nos visitan.  La respuesta de su amigo, cuenta aún Andreas, fue breve: ”síguelo, que si es lo que me imagino: valdrá la pena“.  Acababan de ”tropezar“ con el único Chevrolet Corvette 1954 existente en Cuba.

Con suerte llegaron hasta la casa de los conductores del auto quienes resultaron ser sus propietarios.  De inmediato entablaron conversación, quedaron en verse unos días más adelante.  Así llego a conocer que los dueños del Corvette saldrían de Cuba en breve tiempo y estaban dispuestos a la venta del coche.  Decididamente habían encontrado el coche en el momento más apropiado, luego de arreglar precio y detalles el auto finalmente llegó a manos de Andrea.

Desde entonces un cubano rellollo al que afectuosamente llama ”El Chua“ le ayudó en los arreglos que han sido necesarios y en su mantenimiento cotidiano.  El nos atendió con toda amabilidad para nuestra sesión de fotos y hasta aparece en algunas de ellas, muy orgulloso del resultado logrado…y no le falta razón.

Andreas, por su parte, se dio a la tarea de conocer del auto.  Su marca, Chevrolet, le hizo interesarse aún más; pues le llegó a parecer significativo que viniese a esta Isla y encontrara el único ejemplar existente de un modelo de esa marca fundada, precisamente por un suizo: Louis Chevrolet.  Indagó en la historia del reconocido pionero del automovilismo, del modelo Corvette y para ese entonces ya estaba infectado con el incurable virus cubano de la Pasión por el Auto Clásico.

Hoy recuenta con certeza los detalles del Corvette.  Cómo sus dueños primeros lo llevaron a Europa y en medio de una exhibición un impacto frontal estropeo todo el frente del auto.  Fue necesaria su reconstrucción, en una época donde las importaciones de partes y piezas a Cuba eran aún más difíciles que hoy.

La ya tradicional inventiva criolla se hizo presente y hasta el parabrisas delantero que vemos hoy fue producido artesanalmente, o como decimos los cubanos ”es criollo“.  Al volante del Corvette E54S001747 de 1954 Andreas confiesa que se siente más ”dentro de La Habana“, parte viva de esta magnífica ciudad llena de tradiciones y singulares historias, como esta que les hemos traído hoy.
 

Créditos
Jorge Esténger Wong