Un pequeño superauto, con cotas descomunales: 270 CV de potencia con un cuatro cilindros atmosférico de 2 L de cilindrada y apenas 960 kg de peso. Eso era el Renault Clío Kit-Car de 1995. ¿Cuál es la historia de este fascinante tipo de auto? ¿Cómo era posible semejante rendimiento? ¿Cuántos se fabricaron? ¿Cuál es su valoración? Todas las respuestas en nuestra columna de hoy: acelere a tope tras el salto.
Los Kit-car fueron el asombroso resultado de una estrategia comercial de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) al querer gestionar de forma paralela un campeonato más modesto al de los todopoderosos del Mundial de Rallies con sus 4 x 4 turboalimentados. Los franceses sobre todo, aunque también la española SEAT, desarrollaron excelentes vehículos que hicieron trizas los performances de sus ”mayores“, en asfalto firme. Son míticos los modelos del grupo PSA, así como este Clio que está arribando a sus 25 años. Eran autos con motor 2.0 de 16 válvulas, atmosféricos y tracción delantera que costaban apenas unos 120.000 euros, una fracción de los sofisticados monstruos del World Rally Car.
La marca del rombo fabricó dos modelos bajo esta reglamentación, el primero de ellos en 1995, el Clio Maxi, al que el año siguiente sustituiría por el Maxi Mégane. Renault fabricó este coche para competir en Francia y Bélgica; además de comercializar algunas unidades para pilotos privados de otros países. En el motor, la reglamentación FIA, inicialmente, daba manga ancha a la admisión, en este caso de guillotina y dejaba libertad para utilizar piezas clave como bielas o pistones reforzados y aportar mayor compresión. Esto hizo posible el resultado es 250-270 CV de este Maxi, con un régimen de giro de 8 700 rpm. A diferencia de otros Kit Car que incorporaban ya el cambio secuencial, este ”super Clio“ del 95 lleva una caja en H, eso sí de relación cerrada y con un grupo bastante corto. Todo esto se unía a sus apenas 960 kg de peso para dispararlo hasta una velocidad punta de alrededor de 190 km/h.
La FIA, al ver estos resultados en asfalto firme, modificó algunas reglamentaciones para mantener el protagonismo de los turbo. Limitó la admisión y forzó a ”engordar“ unos 40 kg a todos los Kit-Car existentes, fijando su peso mínimo admisible en unos 1 000 kg. Pero aun así en varias pruebas los kit-Car mantuvieron resultados superiores, por su mayor ligereza y otros beneficios de la tracción a dos ruedas en aspectos específicos. De esta serie de la marca del rombo se fabricaron apenas 50 unidades, las cuales fueron muy valoradas desde el principio. Este criterio se ha reforzado con el tiempo, a pesar de lo difícil y caro que resulta mantener en forma uno de estos maravillosos bólidos.
En competiciones:
Renault utilizó el Salón del Automóvil de París de octubre de 1994 para presentar su Clio Maxi, aunque muy cerca de su stand, el protagonismo era del Peugeot 306 Maxi, sobre el cual volveremos próximamente. Ambos cautivaron al público más racing con su aspecto brutal, con el cual algunos recordaban a los míticos Grupo B. El genial Jean Ragnotti, ídolo de todos los forofos de Renault y los rallies, estrenó este Clio Maxi en el Rally de Montecarlo de 1995; mientras que a mediados de la temporada del Campeonato de Rallies de Francia Philippe Bugalski ganó tres Rallies consecutivos con un Clio Maxi, si bien solo pudo ser subcampeón en la clasificación final. El Clio Maxi triunfó en Bélgica, donde Renault alineó de forma oficial un Maxi para el piloto Bernard Munster, quien logró el campeonato de 1995.