Viper: la Vibora que escupe fuego

Creado: Dom, 25/04/2010 - 21:24
Créditos
Jorge Esténger Wong
Viper: la Vibora que escupe fuego

Hace apenas una semana vimos en nuestro Spotlight la versión encargada de despedir al Dodge Viper de la producción.  Hemos querido hoy traer la reseña del nacimiento de esta carismática máquina, la cual tiene ya un lugar entre los modelos  distinguidos en la historia del automóvil. El Viper fue visto por primera vez en el North American International Auto Show de 1989, hace ya más de veinte años.

Hizo furor, recibió respaldo inmediato del público y el director de Chrysler en ese entonces, Lee Iacocca, dio luz verde al proyecto en 1990.  A este desarrollo vertiginoso contribuyó, en buena medida, el hecho de que Dodge se estaba preparando para presentar como Pace Car de 1991 sus nuevos Stealth deportivos.  Cumplían todas las expectativas, pero como vimos hace solo unas semanas este era un modelo construido en Japón por Mitsubishi y gemelo de su modelo 3000GT. Una protesta de los sindicatos (United Auto Workers) hicieron a  Dodge y IMS decidir, el mismo día que se presentaron los Stealth Pace Car a la prensa, que el Pace Car debería ser un coche totalmente Americano.  Se pensó en el Viper.

Sin dudas, el Viper tenía sangre de Pace Car, el problema era tenerlo listo para mayo. Se disponía de un prototipo y se presentaría tal como se mostraba en las exposiciones, incluso con los adornos de fábrica. Como dato interesante debemos decir que este Pace Car tuvo el motor más grande en la historia de Indy (veremos por qué más adelante) y Dodge también agregó neumáticos de 17 pulgadas. 

El Proyecto y su historia


Casi es imposible mencionar un proyecto de un auto deportivo norteamericano de primer nivel en los últimos cuarenta años donde no aparezca involucrado de una forma u otra Carroll Shelby, y el Viper no es la excepción.  Su aspecto vinculado al icono que fue el AC Cobra no es casualidad, sino resultado de la mano de Shelby.  Ya a finales de 1988 el proyecto Viper estaba en marcha en el Centro Avanzado de Diseños de Chrysler y para febrero de 1989 la dirección de Chrysler ya tenía ante sí el primer prototipo realizado en láminas de metal convencionales, aunque ya era claro el empleo de materiales de máxima novedad a medida que el proyecto avanzara.

Ochenta y cinco ingenieros fueron dedicados solo al Viper.  El centro de todo el proyecto giraba alrededor del motor, que debía brindar potencia borbotones, llevando al clímax el concepto americano de auto deportivo: poco peso y descomunal potencia.  Ellos pensaron en el motor de Chrysler de diseño LA, el cual era un motor para camionetas y camiones.  Era este un enorme V10 de block de fundición convencional de hierro cuyo enorme peso era necesario disminuir.  Por ese entonces Chrysler era propietaria de Lamborghini y la tarea se encargó a los italianos.  La solución principal fue emplear aluminio en block y tapa, lo cual dejo al V10 en 711 libras de peso.  Sin embargo, no todo les fue concedido a los italianos: la incertidumbre de Chrysler con el éxito del Viper le hizo negar el presupuesto para el rediseño radical del motor y llevarlo a una configuración de cuatro válvulas por cilindro y doble árbol de levas.  En su disculpa podemos decir que los 400 CV a 4 600 rpm de potencia y los 630 Nm a 3 600 rpm de par motor eran cifras galácticas a principios de los noventa y el cambio se podía considerar innecesario en ese momento. Como vemos, no caben dudas que este motorazo rebasaba a cualquiera empleado por los Pace Car de Indianápolis en ese entonces.  Sin embargo, el motor demoró unos meses en estar listo y los primeros prototipos fueron probados con un V8 ”convencional“ de la época.

Finalmente el Viper hizo lo suyo en las 500 Millas de Indianápolis de 1991, conducido por Carrol Shelby en persona y para 1992 las primeras unidades fueron vendidas, exactamente con el mismo motor V10 de 8 litros de cilindrada y 400 CV empleado en la Indy.  Aquella fue la versión ”salvaje“ del Viper.  Quienes conduzcan autos producidos hoy con 500 CV y más de potencia no tienen idea de lo que puede ser pisar a fondo una de estas bestias sin la ayuda de todos los sistemas electrónicos (ABS-Anti deslizamiento, Control de Estabilidad y otros) que jamás dejan poner sobre el pavimento esa potencia de un tirón.  El Viper, además, tomaba algunos elementos de la suspensión de la camioneta Dodge Dakota y muchos críticos le señalaron no pocos inconvenientes.  De cualquier forma la Víbora se las arreglaba para lograr el cuarto de milla en 12.4 segundos y los 290 km/h de velocidad máxima.  Muchos afirman que arrojaba fuego por sus ojos inyectados en rojo escarlata.  Para el 2011,  a veinte años después de su participación en la Indy 500 ya no estará entre nosotros.  Nos quedará esperar por la decisión de Chrysler, irónicamente ahora en manos italianas, para reemplazarlo.  El grupo FIAT tiene posibilidades de cubrir este sector del mercado y re-potenciar marcas de tradición e historia.  A partir de este momento el tiempo pondrá al Viper donde en verdad merezca.

 

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Jorge Esténger Wong