El principal fabricante automotriz de Europa, el grupo alemán Volkswagen, levantará una nueva planta en China para duplicar el volumen de su producción en el gigante asiático y poder responder a la creciente demanda en un país que por mucho se ha convertido en El Dorado de la industria automovilística.
De ese modo, el consorcio de Wolfburgo invertirá 520 millones de euros en la construcción de su décima planta en el país, cerca de la ciudad de Guangzhou, donde entrará en funcionamiento a mediados del 2013, con una capacidad productiva de 300 000 vehículos anuales que demandará el empleo de 4 000 trabajadores.
Como anticipó el presidente de la compañía, Martin Winterkorn, el propósito de la multinacional germana es alcanzar los tres millones de unidades entre 2013 y 2014, pues ”China se ha convertido en el mayor y más importante mercado para Volkswagen“.
No en balde, durante los primeros cinco meses del año Volkswagen ya comercializó allí 778 000 vehículos, casi un 50 por ciento más que en el mismo lapso del ejercicio anterior, lo que confirma su buen momento en el gigante asiático, un mercado tan vasto y floreciente que hace un año desplazó a Estados Unidos como el paraíso de las ventas automotrices a nivel mundial por sus elevadas tasas de crecimiento. De ahí que no solo Volkswagen, sino también la alianza francesa Peugeot Citroën proyecta edificar desde finales del 2010 su tercera factoría en China, en conjunto con el fabricante local Dongfeng, en tanto General Motors igual anda enfrascada buscando terrenos para construir una nueva planta.