Hace solo unos días Volvo dio luz verde a la producción en serie de su modelo todoterreno XC90 en la planta de Torslanda (Suecia) y la noticia, obviamente, no ha pasado desapercibida.
A fin de cuentas, se trata del primer coche fabricado dentro de la nueva estrategia de la marca escandinava, que el conglomerado chino Geely pretende consagrar como Premium, e incorpora diferentes novedades en términos de motorizaciones, asistencias a la conducción y tecnologías.
En ese sentido, cabe destacar que el nuevo XC90 monta la gama de mecánicas Drive-E de cuatro cilindros, que incluye la versión T8 Twin engine (híbrido enchufable de 400 CV), y estrena también dos primicias mundiales en el apartado de la seguridad como son el freno automático en intersecciones y la mayor protección en caso de salidas de vía; además de presentar un remozado diseño tanto exterior como interior que nos deja ver el sistema de control del habitáculo más moderno del mercado al reemplazar los botones habituales por una gran pantalla táctil tipo tableta.
No por gusto la expectación desatada por este modelo ha sido una constante en los últimos meses, como demuestra el éxito rampante de su versión limitada First Edition, que agotó las ventas de sus 1 927 unidades a las 47 horas de su lanzamiento el pasado mes de septiembre, a pesar de que solo podían adquirirse a través de Internet.
De hecho, la mayoría de sus ejemplares ya habían sido reservados una hora después de que saliera la palestra y en el momento de máxima actividad llegaron a venderse siete vehículos por minuto. Una respuesta que sin duda permite anticipar al XC90 como un modelo emblemático, que algunos medios catalogan ya como el SUV más seguro del mundo. De ahí que no sería extraño verlo revolucionar nuevamente su segmento para superar las 636 000 entregas que desde 2002 lleva vendidas.