Tras apuntalar firmemente sus beneficios en Europa, Volvo quiere también potenciar sus ventas en Estados Unidos, donde pretende fabricar algunos modelos y para ello busca de paso algún socio.
Al menos así lo ha hecho notar Stefan Jacoby, CEO de la marca sueca, al afirmar que a medio plazo, ”en cinco o seis años, necesitamos encontrar la solución apropiada para Norteamérica“, aunque ”la construcción de una planta por nuestra parte es lo más improbable. Estoy buscando un socio que pudiera ayudarnos a utilizar una planta“ en suelo estadounidense. En ese sentido, el jefe de Volvo admitió que están dispuestos a estudiar cualquier propuesta aunque un par de fabricantes ya están en el punto de mira, y dejó claro que Fiat ”es obviamente una de las alternativas“.
No en vano, cabe recordar que Volvo abandonó las filas de Ford en 2010, para pasar a manos del consorcio chino Zhejiang Geely Holding Group, mientras la automotriz italiana se alió con Chrysler para cumplir el mismo objetivo que ahora persigue la firma escandinava ”compartiendo“ gastos, por lo que una alianza con un fabricante Premium quizá no sería mal recibida.
Al fin y al cabo, Estados Unidos continúa siendo el principal mercado de Volvo, que el año pasado vendió allí 67 273 unidades para registrar un alza del 25 % frente al ejercicio precedente, mientras Suecia le sigue a continuación en importancia y China constituye un tercer frente, aunque es también el de más rápido crecimiento.
De esto último se desprende que Zhejiang Geely proyecte ya fuertes inversiones para doblar los 450 000 automóviles que Volvo matriculó en todo el mundo durante 2011 y alcanzar las 800 000 unidades en 2020, por lo que lanzará un pequeño SUV para el mercado chino en colaboración con Geely, y levantará dos nuevas factorías en el gigante asiático, además de una fábrica de motores.