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Conoce un poco más de las características de ese vehículo que ya forma parte de la pintoresca cultura habanera.
Situado fuera de los límites de la original villa colonial, el río Almendares fue decisivo en su ubicación actual y los puentes sobre su curso permitieron su expansión y desarrollo urbano.
Uno de los primeros vocablos que escuchan a su llegada los visitantes de La Habana suena fuerte, corto, seco: ¡Taxi! exclaman a su alrededor los choferes de alquiler, en un tono de imperativa invitación, casi imposible de rechazar.
En el resto del mundo se les llama ómnibus o autobús, pero en La Habana (y toda Cuba) su nombre propio y genuinamente criollo es guagua.
Miles de transeúntes cubanos y foráneos recorren a diario la adoquinada vía peatonal, trazada poco después de la fundación de la villa en 1519.
Aunque resulte insólito, la capital cubana fue durante casi 15 años la única ciudad del mundo poblada por unos peculiares camellos, que acudieron en auxilio de los habaneros para ir de un lado a otro, en el momento más crítico del transporte urbano.
Ningún otro sitio permite conocer mejor a La Habana y su gente, el presente y el pasado de una ciudad próxima a cumplir 500 años de fascinantes historias, que esa ancha avenida tendida a lo largo del litoral, protegida por el rústico muro de concreto que desafía las olas.