Los años noventa trajeron la globalización, que hizo universal el cambalache de marcas, partes, piezas, y software entre fabricantes. He aqui un exquisito ejemplo de ello.
Suzuki, como sabemos, es un fabricante japones el cual en alguna medida viene a ser como una Opel asiatica, pues lleva genes de General Motors en su historia. De toda esa simbiosis -elegante palabra que cambiaría por melcocha- surgió, allá por los años ochenta el proyecto de este simpático carrito, muy ajustado a la tendencia de entonces: auto pequeño, de lineas insipidas, mecánica imprescindible y equipamiento justo.
A fines de de 1984 Suzuki trazó los rasgos principales del proyecto y para 1985 ya se trabajaba en el mismo. Se quería un auto capaz de funcionar en un mercado cambiante, económico, familiar y muy moderno desde el punto de vista tecnológico.
La estrategia de mercado se planteaba venderlo en America Latina como Chevette Sprint, pero luego de algunos estudios de mercado aconsejaron llamarlo Chevrolet Sprint para diferenciarlo de un modelo de origen Opel y ensamblado en Brasill, que se vendía en esos momentos como Chevette y con el cual no tenía nada en común.
El Chevrolet Sprint saldría al mercado oficialmente el 7 de octubre de 1986, e inmediatamente causó sensación. Resultó un éxito tal, que durante los tres primeros meses de su lanzamiento ya se habían vendido 1.200 unidades. Este hito no sólo se debió a sus bondades mecánica sino, sobre todo, a su vanguardista diseño, bastante singular en su época.
La versión inicial, que permaneció en producción aproximadamente un año, contaba con un frontal inconfundible, Definido por dos unidades selladas rectangulares (aquellas sealed beam tan famosas en los años 50) a las cuales no se les cambaba el bombillo. En el interior predominaba un timón bastante rústico, un tablero con los mandos ubicados de manera inconfundible, y una tapicería en vinilo y paño escocés.
La mecanica estaba liderada por un motor de tres cilindros en linea y 993 c.c. que producía 50 CV y se acoplaba a un esquema de tracción delantera con una caja mecánica de cinco velocidades.
Este Chevrolet Sprint tendría mejoras bien rapido, con una versión muy mejorada en 1987 y que se produjo hasta 2004. De cualquier forma, para 1990 ya se habían vendido 15.000 unidades del Sprint. Su producción se extendió por casi 18 años, con pocos cambios y se vendió en casi todo el mundo, aunque con varias nomenclaturas, sobre todo como Suzuki Cultus o Forsa o, incluso Pontiac Firefly.
