La práctica y el amor de los cubanos por el deporte y las actividades náuticas recreativas constituyen los principales motivos para fundar el Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba.
Fundado el 21 de mayo de 1992, con domicilio legal dentro del centro turístico Marina Hemingway, el Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba debe su nacimiento a los esfuerzos de un grupo de personas necesitadas de una representación legal para competir, capacitarse y realizar otras acciones a nivel nacional e internacional, según relató a Excelencias del Motor el Lic. José Miguel Díaz Escrich, fundador de esa Organización No Gubernamental y sin fines de lucro.
En su quehacer, el Club organiza, auspicia regatas, torneos de pesca, talleres, eventos y actividades náuticas con clubes, asociaciones, instituciones y entidades nacionales y extranjeras. Promueven entre sus miembros cursos de vela, de navegación de recreo y otras modalidades. Igualmente patrocina seminarios, cursos, conferencia y modalidades de capacitación.
Además, realizan consultorías, asesorías sobre el sector de la náutica recreativa y el turismo especializado a los miembros y a las personas jurídicas cubanas o extranjeras que lo soliciten; asiste con información de navegación, en la planificación y coordinación de la travesía de las embarcaciones extranjeras por las costas cubanas y representa en Cuba a las principales instituciones recreativas que forman parte de la comunidad náutica internacional.
Sus raíces parten desde finales del siglo XIX, al fundarse el Habana Yacht Club, y apareciendo otras cien hasta el año 1960 en que van desapareciendo por diferentes causas.
“De 1960 a 1992 no existió Club Náutico en Cuba como organización oficial pero si hubo actividades y maneras de organizar torneos. Estos fueron aislados y esporádicos. En las investigaciones realizadas no se han logrado obtener datos de organizaciones independientes a las existentes por el INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación)” expuso el Comodoro.
Solo bajo el patrocinio de ese organismo se desarrolló los deportes de remo, cayac y vela, con el propósito de competir en esas disciplinas a nivel nacional o mundial, con la misión de preparar atletas pero dejó de existir la actividad náutica recreativa.
“La Federación Cubana de Pesca Deportiva organizó torneos a nivel municipal, provincial y nacional, un ejemplo fue el Ernest Heminway”, que luego de interrumpirse en 1960, se promovieron otros con el patrocinio de la Central de Trabajadores de Cuba en los años 1978 y 1979. En ellos hubo un acercamiento entre los amantes de la pesca, principalmente de Estados Unidos.
Las limitaciones económicas de Cuba hacen que se pierda membresía en otras organizaciones similares por la falta de fondos para pagar las cuotas y por ello se deja de participar en competencias organizadas en el exterior del país. «A ello se le une las prohibiciones del injusto bloqueo económico porque si una embarcación de cualquier país entra a Cuba luego no puede solicitar visa para Estados Unidos», precisó el directivo.
«A partir de que se crea el Club nuestro en mayo de 1992 y con la posibilidad de mejor comunicación a través de un teléfono fax comenzamos a establecer contactos con los club náuticos del mundo. Hoy hemos logrado mantener relaciones con un millar de instituciones náuticas de más de 70 países», afirmó Díaz Escrich.
Durante el año 2017, el Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba fue anfitrión de 14 eventos en los que tomaron parte más de 400 embarcaciones y unos 3000 yatistas, mayormente estadounidenses. En años anteriores fue anfitrión de más de 200 regatas a vela, a motor, certámenes de pesca y otros.
Además, acogió a atletas que han establecido récords como la nadadora australiana, Susie Maroney, quien, desde La Habana a Key West, atravesó el estrecho de la Florida, protegida por una jaula contra tiburones. Más tarde Diana Nyad, americana, lo hizo, pero sin jaula protectora contra tiburones.
También patrocinó eventos de velocidad entre Key West y La Habana, uno de los cuales está registrado como Record Guinnes. Jóvenes americanos cruzaron el estrecho de la Florida desde La Habana navegando en kayaks y tablas de windsurf.
Desde su fundación hasta la actualidad, 3636 personas de 73 países se han integrado a la familia de miembros del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba. Uno de ellos es Ilyan Marinov, nacido en Bulgaria pero residente en la Mayor de las Antillas hace ocho años.
«Me asocio al club náutico porque amo el mar. Nací junto al Mar Negro. De niño practiqué la pesca. No puedo vivir sin el mar a mí alrededor. Al decidir vivir en Cuba compré un barco y el Club Náutico es la única organización que te ayuda en esas actividades recreativas. Dentro de la membresía gané respeto y luego fui electo en el cargo de Presidente de Pesca», relató el marino por vocación.
Se desempeña como gerente en pequeñas y medianas empresas, recientemente abrió un restaurante en el centro histórico de la Habana Vieja para promover la cultura de su país de origen, en especial las artes culinarias.
Afiliarse al Club Náutico le abre la posibilidad de una mayor socialización con otras personas amantes del mar y que desean realizar actividades recreativas. «Nuestro mayor deseo es ayudar a otros navegantes y marineros para que realicen travesías felices», aseguró Ilyan.
Antes del azote de la pandemia por Covid 19 generaron muchas actividades y luego de la paralización de ellas, hoy retoman su accionar. «Hace varias semanas atrás ideamos el torneo de la calabaza. Nos pusimos de acuerdo varios barcos para realizar una pesca. Decidimos tomar el sábado para realizar la actividad, pero como no existía un presupuesto para acometerlo, decidimos premiar con una calabaza grande al ganador y con otras más chicas al segundo y tercer lugar».
Su mayor satisfacción fue la diversión y pasar un día diferente en familia porque para él lo más valioso es la amistad, la cooperación y el afecto que se transmiten unos a otros. Por lo pronto ya realizan enlaces con otros club similares del exterior del país para reanudar el intercambio.
Ambos coinciden en calificar al Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba como un santuario de amor al mar, de la amistad y la fraternidad entre los miembros, con posibilidad de relacionarse con personas de afición similar en el planeta.
