¡A la carga con los Concepts Classics!

Creado: Vie, 24/04/2015 - 15:45
Créditos
Jorge Esténger Wong
¡A la carga con los Concepts Classics!

Quienes rebuscan en la historia del automóvil conocen, al menos ”de algo“, a Virgil Exner. Los profanos se pueden enterar de que se trata de un verdadero estratega del diseño y el estilo del automóvil norteamericano, de los años cincuenta. Esta es la historia de sus primeras creaciones de esa época y un rejuego con las coincidencias -¿o no?– de la historia. Veamos.

Los autos de concepto Chrysler K-310 y C-200 de 1951 y 1952 fueron los primeros coches de ensueño (como se llamaba entonces a los concepts o prototipos) de Mopar, en recibir el "toque mágico" de diseño de Virgil Exner. La mismísima Wikipedia asocia la ”primera vez“ del uso de la nomenclatura C200 en Chrysler a 2009, en el prototipo hibrido del Salón del Automóvil de Detroit, dejando de lado este prototipo de 1952. Fue aquella una era en la cual muchas de las creaciones de Chrysler eran construidas por Ghia, el carrocero italiano, siendo autos muy apuestos, de excelente imagen y mejor estilo.

En verdad, el Chrysler C-200 no fue un desarrollo primario sino una derivación del anterior K-310, un cupé de cinco pasajeros. Como era común en aquellos buenos tiempos, Ghia recibió un modelo de arcilla a 3/8 de escala para la construcción de un prototipo de tamaño real, totalmente funcional. La denominación se desglosaba por la "K" del presidente de la compañía KT Keller, el "310" por la supuesta potencia del V8 Hemi de 331 pulgadas cúbicas. El K-310 era impresionante, por sus elementos de estilo continental y varios toques "de clase": como el ficticio neumático de repuesto con perfil de inodoro, que se convertiría en un sello de los diseños posteriores de Exner. Además, abultadas salpicaderas traseras integrales evitaban un aspecto monótono, mientras guardafangos prominentes delanteros hicieron hincapié en un aspecto clásico, con maletero y faros empotrados en molduras redondeadas festoneadas.

La cálida recepción del K-310 provocó la construcción de un ”casi gemelo“, pero soft-top: nuestro Chrysler C-200, que se dio a conocer en 1952. Al igual que el K-310, el C-200 se basaba en un chasis stock de Chrysler Saratoga. El C-200 compartía también las distintivas luces traseras "gunsight" que se transfirieron prácticamente sin cambio al Imperial de 1955 y 1956, uno de los legados de estos concepts que llegaron a la realidad. Tanto el K-310 como el C-200 fueron considerados muy seriamente en exhibirse para su venta. Como Exner recordó más tarde, al Presidente K.T. Keller le gustaba el K-310: "... pensaba que era algo que debían promover... Por supuesto, también podrían ponerle el motor Hemi. Sería la combinación perfecta“. Sin embargo, el K-310 no pudo continuar por una de las más básicas razones: la proverbial mala administración de Chrysler, que la ha dejado tantas veces en su historia sin dinero.

Las ventas de Chrysler comenzaron una caída libre después de 1949, y en los siguientes años Ford producía más por primera vez desde la Gran Depresión. Como ven la similitud con el actual Chrysler 200 termina ahí, en una reiteración de nomenclatura, media trabada por la existencia de ese portento: el Mercedes C200, dueño de los derechos del nombre.

Créditos
Jorge Esténger Wong