Día feliz y de entusiasmo pleno para Carlos Sainz. El hijo del célebre piloto de rallys se estrenó como pasajero oficial de la Fórmula 1, al mando del Toro Rosso que vio la luz el sábado en el circuito de Jerez. Primeras vueltas para el madrileño, que en su primer día de colegio quiso saborear todos los detalles del momento. Novato en la Fórmula 1, pero ya con algún deje de veterano en los ademanes y en el mensaje. "Es importante que el coche nazca bien, porque si no luego es difícil cambiar la tendencia", había dicho el madrileño en la típica frase de piloto con tablas.
Sainz, que se ha criado en la escuela de cachorros de Red Bull, madrugó de lo lindo para estrenarse en la Fórmula 1. A las 7.30 de la mañana ya estaba en el circuito jerezano para la primera reunión con los ingenieros, en la que se pone en claro el programa de actuación de la jornada. Carlos Sainz fue de los primeros en saltar a la pista. Ha elegido el número 55 copmo tarjeta de visita y con ese dorsal salió a la pista a bordo del Toro Rosso, el coche filial de Red Bull. Desde su nueva oficina comprobó cómo Vettel se estrenaba con el Ferrari y el dorsal número 5 y cómo Rosberg poníoa en marcha el coche de referencia, el Mercedes al que todos miran como objetivo del curso.