Volkswagen no es la única que ha tenido que pasar momentos duros. Hace apenas unos años las ”gigantes“ norteamericanas –excepto Ford– colapsaron en una bancarrota bochornosa. Luego Toyota, siendo líder de la industria, tuvo que afrontar una serie de adversidades y golpes a su imagen que perduran hasta hoy. Mientras pasa el ”momento VW“ llegan algunas novedades de la marca japonesa.
Contra todos los obstáculos Toyota se mantiene entre los tres primeros productores de autos del mundo: el devastador terremoto-tsunami de hace un par de años en Japón; llamadas a revisión masivas por defectos escandalosos, y acusaciones de Estados Unidos por el empleo mayoritario –por parte de organizaciones extremistas– de camionetas de la marca son algunos de los retos que ha enfrentado el gigante japonés. Deben haber hecho mella en la estructura del gigante asiático, pero mantiene el paso y aquí llegan nuevos prototipos para confirmarlo.
Primero se trata de casi un juguete, un querubín para su disfrute, que se permite Toyota: el Kikai, que la propia marca admite fue ”diseñado para explorar y enfatizar el atractivo fundamental de las máquinas“. El resultado es un carrito que parece una mezcla entre un hot-rod, un buggy y el Camatte75s, con el frontal y la zaga al aire, y con un habitáculo de configuración 1+2.
Luego, indagando aún más en la tecnología del Mirai, surge el FCV Plus, que apuesta a que el hidrógeno por fin se abra un espacio en nuestras vidas. Su principal novedad es que también puede generar energía eléctrica a partir del hidrógeno que no esté dentro del depósito, por lo que cuando no se emplee como vehículo, puede actuar con fuente de energía. Un criterio que de validarse podría resultar muy atractivo.
Por último, un poco de espacio al más ”real“ de todos: el SF-R. Con él podría llegar el deportivo de precio contenido y tracción trasera que Toyota nos había prometido, cuando estaba en la cresta de la ola. Se trata de un pequeño vehículo, con cuatro plazas y dos puertas, casi seguro con la controversial configuración de 2+2. Con una longitud total de casi 4 m, –y un alto de apenas 1.32 m– el ofrecer esas dos plazas traseras es solo una cuestión de formalidad o, Toyota se las arregla para ofrecer un precio tan bajo que sus clientes principales sean adolescentes, quienes por su físico puedan acceder a ellas con relativa facilidad. La motricidad vendría de un motor –no hay detalles– delantero, seis marchas y tracción trasera. 
Curiosamente, las siglas SF-R son lo contrario de la denominación FR-S con la cual la compañía comercializa en los Estados Unidos a su deportivo en producción: el Toyota GT86, el cual para ese mercado es entregado a su marca ”low“: Scion.