Crown 1955. Toyota se abre paso

Creado: Dom, 19/11/2017 - 20:36
Créditos
Jorge Esténger Wong
Crown 1955. Toyota se abre paso

1955 fue el año del ”mejor Chevy de la historia“. Parecía que solo los estadounidenses sabían hacer autos.  Mientras, en Japón, la marca destinada a destronar a General Motors, décadas más tarde, de la cima automotriz lanzaba el modelo que marcaría el camino: el Toyota Crown.

A principios de los cincuenta, Toyota fabrica modelos compactos basados en los autos ingleses de la época como el Hillman, o el Austin.  La paupérrima situación del país atomizado en el bombardeo final de la guerra, empieza a revertirse.  Es el momento para el primer automóvil 100 % japonés.

En 1955  Toyota presenta el Toyopet Crown, un automóvil de talla mediana y líneas redondas, muy al estilo pontón de esos años.    Como muchos autos similares construidos en los países sufridos por la guerra, fue pensado para ser robusto, fiable y barato.  Así, el primer Crown es un sedánde cuatro puertas y 1,210 kilos. Estaba equipado con un motor de cuatro cilindros en línea; de 1,45 litros y una potencia de apenas 48 CV que apenas le permitía alcanzar 100 km/hora.

No estaban para bólidos en Japón. El Crown era lento,  pero sólido, confortable y casi irrompible.  Rápidamente tuvo mucho éxito como patrulla o taxi en el Japón y llegaron los primeros pedidos desde el exterior.  Había aparecido el camino.

Las primeras exportaciones van a Tailandia, Taiwán y ¡Brasil! Para 1957 se logra el primer pedido de Estados Unidos.  Se convierte así, en el primer automóvil japonés jamás exportado a ese país.  El primer concesionario estuvo nada menos que en Hollywood, California, y el auto tenía un precio de 2187.00 USD, casi el mismo de un Ford Fairlane estándar. Se venden 900 vehículos en 1958 y 1,600 en 1959.

Fue una etapa ”dulce“.  Los fabricantes domésticos sufren, en 1958,su peor momento desde la guerra, por el ímpetu de los modelos compactos que llegan desde el exterior, sobre todo Europa. Desafortunadamente, el Crown no estaba adaptado al estilo de conducción en los Estados Unidos. La caja manual, de tres velocidades, no tiene las relaciones correctas para acomodar la pobre potencia del motor, y el tren de fuerza sufre en las grandes autopistas, para las que no fue diseñado.  Por esto, el Crown dejo de ser importado en 1960 y sólo regresaría a mediados de los sesenta. El primer intento fracasa, pero el retorno sería definitivo.

En el resto de los mercados –incluido Australia- el Crown tiene más éxito. Las cifras de producción muestran la rápida evolución de la empresa: de 16,496 unidades en 1953 a  210,937, en 1961, cuando llega la segunda generación.  Pero esa sería otra historia, volveremos sobre ella. 

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Jorge Esténger Wong