El automóvil más largo del mundo

Creado: Dom, 09/04/2017 - 19:06
Créditos
Willy Hierro Allen
El automóvil más largo del mundo

Créalo o no crea, mide más de 30 metros de largo, tiene Récord Guinness  y nadie ha osado, una vez visto, dudar de que sea el automóvil más largo del mundo. Pero, como suele suceder, estas rarezas terminan arruinadas, exhibidas en un circo ambulante o, tristemente, convertidas en chatarra. 

Lo que una vez fue un bello y confortable Cadillac convertible modelo El Dorado, de 1976, se convirtió en los años 90 en un extenso, inmanejable y estrambótico adefesio de 30,48 metros de largo, con el único fin de que su anormal figura lo instalara en el Libro de Récords Guinness y, por qué no, conseguir algún que otro excéntrico capaz de rentarlo para lucir su pésimo gusto estético en un automóvil.

Bautizado con el paradójico nombre de ”American Dreams“, este artilugio fue fabricado por Jay Ohrberg, diseñador y constructor artesanal de autos  famosos en el cine, como el Ford Gran Torino (1975) para el filme Starsky & Hutch, basada en un serial televisivo de los 70 que fue a la gran pantalla en 2004 o el DeLorean que vuela en la película Regreso al Futuro. Toda su creación se hace famosa.

Este ”American Dream“ estrafalario disponía en sus casi treinta metros y medio de longitud, un jacuzzi, un helipuerto, una cama de agua King side y muchas cosas más. Pesaba unas doce toneladas, las cuales descansaban en tres ejes de ruedas con un total de 26 neumáticos. Solo la parte central del vehículo tenía ocho llantas y para contemplar mejor el paisaje durante todo el viaje, contaba con 16 ventanas laterales en cada lado.      

Para conseguir una movilidad adecuada, esta mole requiere de dos motores V8 (que trae el Cadillac) con casi cinco litros de cilindrada cada uno, y dos puestos de conducción, uno en cada extremo. Ni qué decir lo complicado que resulta manejar esta ”limusina“. Sin embargo, más de uno se atrevió a rentarla para alguna ocasión muy, pero muy especial. Porque su alquiler costaba alrededor de 10 mil dólares y su fabricante la tasó solo por ¡cuatro millones!

Siendo un automóvil tan largo, su gloria fue bastante corta, y terminó junto al contén de una acera en Manhattan, Nueva York, a merced de patéticos e inescrupulosos ladronzuelos que le robaron algunos componentes. Aún en su estado calamitoso, el Automotive Teaching Museum, lo compró durante una subasta para restaurarlo y devolverle su memorable pasado. Hace años que lo intentan mientras ”la limusina más larga del mundo“ espera cubierta de polvo y oxidándose, como cruel ironía de la ostentación.

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Willy Hierro Allen