El C111

Creado: Dom, 14/02/2010 - 17:42
Créditos
Jorge Esténger Wong
El C111

Entre los excelentes vehículos diseñados por Mercedes Benz reseñamos hoy uno de finales de los años sesenta, en pleno apogeo de los Muscle Car norteamericanos.  El C111 fue un desarrollo para el Salón de Internacional del Automóvil de Frankfurt y destrozaba muchos criterios de la época en cuanto a ingeniería y diseño.  Considerado por muchos como un verdadero ”laboratorio sobre ruedas“ el vehículo era radical de un extremo a otro.

Con apenas un metro de altura y las ya conocidas puertas de alas de gaviota su imagen única era respaldada por un motor rotatorio Wankel de 4 rotores capaz de desarrollar la friolera de 350 CV de potencia, como para imponer respeto.  El motor poseía sistema de inyección de combustible y con esa cota de potencia era capaz de hacer al Mercedes C-111 alcanzar los 100 km/h en unos excepcionales 4.8 segundos y una velocidad máxima de 300 km/h.  Por supuesto conducir un auto de estas características en esa época era toda una tarea, pues hablamos de la era pre-ABS, EDS, y demás ayudas electrónicas que hoy nos facilitan domesticar los exabruptos de potencia de este tipo de vehículos.

A finales de los sesenta, y aún después, varios fabricantes experimentaban con esperanzas en el concepto de Felix Wankel de un motor rotatorio, cuyas particularidades trataremos en un futuro, ahora debemos resumir con las declaraciones hechas años después por el responsable de su desarrollo en Mercedes, el Dr Kurt Oblander, quien expresó: ”….Nuestro motor de cuatro rotores con inyección de gasolina representa el punto optimo que puede alcanzarse con este tipo de máquina …nosotros fuimos capaces de resolver las dificultades y problemas relacionados con el enfriamiento y funcionamiento mecánico del mismo.

Pero el principal problema del concepto, su bajo nivel de eficiencia termodinámica, se mantuvo inalterable. Debido a las cámaras de combustión variables el rendimiento del combustible era pobre, lo cual resultaba en un consumo excesivo y unas emisiones inaceptablemente altas.  Estas desventajas eran inherentes al principio básico del motor Wankel".

Por todo ello, y la crisis petrolera de principio de los setenta,  Mercedes abandono el motor Wankel y centró su atención en los motores Diesel, en los cuales poseía liderazgo indiscutible.  En 1976 montó en el C 111 un motor diesel de cinco cilindros y le añadió un turbo y un intercooler, resultado: 190 CV.  Este hecho tiene una relevancia histórica incuestionable y mostró a todos la factibilidad de los motores diesel para empeños mayores.  La prueba trascendental sería en Junio de 1976 cuando un C 111-II D logró resultados espectaculares en la pista de prueba de Nardo, Italia.  El diseño único del C-111 permitió a los diesel acceder al máximo rendimiento, allí durante 60 horas cuatro conductores establecieron 16 records del mundo, de ellos trece para autos diesel y tres para todo tipo de vehículos.

La velocidad promedio de los autos fue de 252 km/h.  Este hecho cambiaría para siempre la vida de los motores diesel y conduciría al lugar que ocupan hoy en pruebas como Le Mans ganada ahora regularmente por motores Diesel, primero de Audi y luego Peugeot.  La historia del C-111 no se detendría, nuevos éxitos le esperaban aún: la versión final, C 111 IV alcanzó la velocidad máxima de 403, 978 km/h con apenas un motor V8 de 4,5 litros y 500 CV de potencia.

La extrema aerodinámica de la flecha de plata de Mercedes haría posible este performance y debemos insistir: cero electrónicas.  Aún hoy el calificado por muchos como el ”Coche de la Primera Década del Siglo XXI“ (el Buggatti Veyron) necesita el doble de cilindros y potencia (W16 y 1001 CV) para llegar a los 407 km/h.  Ah! y alguien que pague los 1 100 000 000 Euros de su factura.

Créditos
Jorge Esténger Wong