El Cucalambé desapareció en el Camino Real de Santiago de Cuba

Creado: Dom, 01/03/2015 - 22:32
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Willy Hierro Allen
El Cucalambé desapareció en el Camino Real de Santiago de Cuba

Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, nació en Victoria de Las Tunas (1ro de julio de 1829) y se fue a Santiago de Cuba en la década de 1850, donde se asentó con su esposa e hijos. Colaboró en el periódico El Redactor mientras trabajaba como Pagador de Obras Públicas, con vistas a mejorar la situación económica de su familia. Su desaparición física en 1861 es uno de esos misterios jamás aclarados, a pesar de los años.

El Cucalambé vino al mundo en el seno de una familia de ”blancos ricos“, dueños de tierras. Su educación y posterior actitud ante la vida, se deben a las enseñanzas de su abuelo materno, don José Rafael Fajardo García, rico  hacendado, cura y conspirador contra el colonialismo español. Él le mostró la obra de los autores clásicos y le sembró las ideas que lo acompañarían en toda la vida.

Reconocido como una de las figuras cimeras de la poesía nacional cubana en el siglo XIX, El Cucalambé resulta uno de esos cubanos genuinos, un tanto misterioso por su extraña desaparición física, pero indiscutiblemente un criollo de pura cepa que vivió en los años difíciles de la creación de la   futura nación cubana que iba gestándose, poco a poco, con las ideas de la independencia de España. Su voluntad de poeta, su labor de periodista, así como de literato y dramaturgo, le ofrecieron la protección del Gobernador español Vargas Machuca.

Machuca, que apoyaba la labor de intelectuales y artistas, dio al Cucalambé un puesto oficial de Pagador de Obras Públicas para mejorar la situación  económica de su familia, cargo que aceptó y desempeño hasta su infausta desaparición. Esta actitud del Cucalambé de aceptar un trabajo oficial del Gobierno español, ha sido vista por algunos como una contraposición a sus ideales de independencia, a pesar de que la historiadora santiaguera Olga Portuondo dice que no hay documentos que prueben la filiación de El Cucalambé al separatismo.
  
También ha sido motivo de investigación, el pseudónimo de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, apodado El Cucalambé. Dice el ensayista Carlos Tamayo que ”alude a cierto baile de negros, típico de aquella zona oriental“. ”Otros investigadores (escribe la periodista Yudith Madrazo Sosa) afirman que tal apelativo procede de la palabra inglesa cook (cocinero) y la aborigen lambé pues el decimista también incursionó en esa labor“. Hay quien dice es un acróstico de Cuba clamé por los valores autóctonos del folclore afro-latino de la Isla. Lo cierto es que su obra tuvo gran relevancia en el proceso de formación de la nacionalidad cubana.

Pero el pasaje más oscuro del gran bardo criollo, es su extraña desaparición física, ocurrida varios años después (1861) de asentarse con su familia en Santiago de Cuba. Cuentan que fue en el Camino Real o en sus alrededores, dicen que lo mataron para robarle la bolsa de pagador de Obras Públicas, o que su carisma amoroso le trajo los celos de algún marido violento, y por decir, dicen hasta que se suicidó. Ninguna de esas versiones ha sido nunca probada, ni tampoco otras parecidas.

El Cucalambé desapareció físicamente, pero la memoria de toda su poesía se quedó entre nosotros. Tanto así que yo, más de un siglo después de su misteriosa partida, siendo un estudiante, cierto día desengañado lo recordé: ”Si la hermosa que adoré / está por otro rendida /si me desprecia y me olvida / yo también la olvidaré…“ 

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