El extraordinario Lamborghini Jota de 1970

Creado: Vie, 28/10/2011 - 13:50
Créditos
Jorge Esténger Wong
El extraordinario Lamborghini Jota de 1970

Pintado en el color que con el de cursar de los años prácticamente distinguiría a los automóviles deportivos italianos, el RossoMars o Rojo Marte, el Lamborghini Jota de 1970 tenía en sus venas todos los genes de un pura sangre de la industria italiana del automóvil.

Ante la repetida afirmación de que un modelo famoso de la marca en aquel entonces –el Lamborghini Miura– no resistía el empuje de ser llevado al límite de sus prestaciones la marca italiana, hoy dentro del Grupo Volkswagen, encargó al piloto Bob Wallace una versión radical de ese modelo. Wallace se puso a la tarea y concibió su auto como un laboratorio donde ”…ver qué se puede hacer para mejorar la lubricación del motor, la estabilidad y el manejo en general, así como obtener una mejor calidad de construcción." Lamborghini encontró posibilidades comerciales en el resultado y fabricó ¡siete unidades!

En efecto, el Miura no podría mantener ante su nuevo rival la ferocidad que sugería su nombre y quedaría lastimosamente eclipsado por el flamante Lamborghini Jota. En él, Wallace dirigió sus esfuerzos a lograr un vehículo con el menor peso posible y mejorar la manejabilidad, de forma que fuera más factible ”tramitar“ la descomunal potencia de 440 CV proporcionada por un motor V12 de 4 litros de desplazamiento. La palabra radical pocas veces fue mejor empleada: se eliminó parte del interior y lo que quedó fue bien austero, las ventanillas fueron de plexiglás y los faros se montaron fijos. El chasis se realizó de una nueva aleación de aluminio para bajar el peso del Jota en 400 Kg respecto al Miura, la cifra oficial fue de apenas 800 kg de peso, para una relación de peso-potencia de 550 CV/1000 kg. Además, se tuvieron en cuenta detalles exquisitos en la repartición de las masas del auto, reubicando el tanque de combustible y el neumático de repuesto para lograr los mejores resultados posibles en estabilidad, conducción, agarre y demás parámetros.

Finalmente, solo eran necesarios algunos ”toques“ espectaculares. Todo el frente se diseñó tan agresivo como fue posible, con todos los elementos en función de este efecto: faros, cristal de plexiglás y las entradas de aire para los frenos. Se incorporó un escape deportivo que llevaba el ruido ensordecedor del Miura a un nuevo nivel: atronador. La sensación de potencia debía ser total y los performances de otra galaxia: el Jota aceleraba de 0 a 100 km/h en 3.6 segundos, un tiempo extraordinario aún hoy.

Créditos
Jorge Esténger Wong