El salto eléctrico de Volkswagen en Norteamérica para 2020

Creado: Dom, 07/08/2016 - 16:06
Créditos
Ariel B. Coya
El salto eléctrico de Volkswagen en Norteamérica para 2020

La reconstrucción de Volkswagen para dejar atrás el llamado ”dieselgate“ ya está en marcha y promete ser literalmente eléctrica, al punto que el consorcio germano planea abrazar la producción de ese tipo de vehículos a corto plazo y a escala global, sin que Norteamérica sea una excepción en su mapa de operaciones.

De hecho, la factoría estadounidense de Chattanooga y las instalaciones en expansión de México aparecen entre las opciones que ahora mismo baraja la multinacional para arrancar la producción de nuevos vehículos eléctricos tan pronto como en 2020.

Cuántos de esos modelos ”verdes“ tendrá en su parrilla de salida para entonces, cuesta saberlo, pero sí es posible asegurar ya que tal cambio de perspectiva comercial representaría cuando menos un gesto de reconciliación con los reguladores que tan duramente han penalizado a la compañía en los últimos meses por los escándalos del fraude en las emisiones de su gama diésel.

Y es que el futuro de los autos eléctricos se antoja también un filón seguro de cara al futuro, como demuestra el hecho de que en Estados Unidos la Agencia de Protección Medioambiental y la influyente Junta de Recursos del Aire de California estén presionando ahora mismo a los fabricantes para que ofrezcan más de estos vehículos pese a los bajos precios de la gasolina.

No en balde, al valorar las posibilidades que ofrece este panorama el nuevo jefe de la filial norteamericana de Volkswagen, Hinrich Woebcken, afirmó que ”la movilidad urbana tendrá un cambio muy grande de los motores de gasolina a los híbridos y los autos eléctricos“.

El consorcio de Wolfburgo ya avisó a finales de abril que lanzará más de 30 de estos modelos durante la próxima década para que el 25 % de los vehículos que comercialice en 2025 sean cero emisiones, lo que significaría vender entre dos y tres millones de unidades eléctricas anuales para entonces.

Créditos
Ariel B. Coya