Bueno, se hizo la luz y a Ford se le prendió el bombillo al crear un avanzado sistema de iluminación capaz de identificar objetos y personas con ayuda de cámaras integradas para aumentar la seguridad al volante.
No por gusto, ya lo hacia notar Ken Washington, vicepresidente de Investigación e Ingeniería Avanzada de la firma estadounidense: ”Mucha gente que conduce de noche ha tenido que reaccionar rápido cuando alguien o algo ha aparecido repentinamente en el camino, como saliendo de la nada“; antes de rematar: ”Queremos que nuestros usuarios sean alertados rápidamente y puedan evitar accidentes“.
De ahí que la marca del óvalo ha desarrollado este sistema sobre dos tecnologías que ya tiene en funcionamiento como son la iluminación adaptativa y el reconocimiento de señales de tráfico. De modo tal que, cuando las cámaras detectan señales en rotondas o los ceda el paso, las luces se adaptan para ampliar el haz luminoso en un entorno potencialmente peligroso por la posible presencia de peatones, animales u objetos en la calzada.
Para hacer esta función más efectiva en las curvas, la tecnología encargada de dar información a las luces para que mejoren su cobertura es el GPS, aunque también se vale de una segunda cámara de infrarrojos ubicada en la parrilla, que se encarga de localizar y rastrear de manera simultánea hasta ocho personas y animales de cierto tamaño en un radio de hasta 120 m.
Gracia a ello, el sistema le notifica al conductor en la pantalla del interior del vehículo la situación de los elementos que suponen un peligro, enmarcados en rojo o amarillo –según la proximidad y el nivel de peligro que representan–, mientras la superficie de la carretera queda iluminada por dos faros LED específicos situados sobre los faros antiniebla.
Concebido en el Centro de Investigación e Innovación que posee en Aachen (Alemania), Ford espera que este novedoso sistema esté disponible en sus modelos próximamente y en una próxima evolución, prevé que la cámara archive, además, la información en el sistema de navegación para que los faros se adapten al curso de la carretera de automática, iluminando mejor el camino, cuando el conductor vuelva de nuevo sobre ese trayecto.