Greyhound, los autobuses más famosos de la historia

Creado: Dom, 06/03/2011 - 11:51
Créditos
Jorge Esténger Wong
Greyhound, los autobuses más famosos de la historia

Durante años el símbolo del galgo a todo galope ha sido sinónimo del transporte por ómnibus a largas distancias en Norteamérica.  Su existencia ha sido reflejada en numerosos filmes y varias canciones de renombrados compositores e intérpretes, como Billy Joel y Barbra Streisand, los mencionan.  Tanta notoriedad está respaldada por una historia fascinante, llena de iniciativa, esfuerzo y sacrificio, como en las leyendas heredadas de la conquista del Salvaje Oeste norteamericano.

Al igual que tantas cosas en los Estados Unidos la extraordinaria empresa es fruto del ingenio de un inmigrante, un joven sueco llamado Carl Eric Wickman, al que la añoranza por la tierra natal lo hizo asentarse en Hibbing, Minesota, donde trabajó como minero.  En su afán de superarse adquirió la representación de los automóviles Hupmobile, de ellos nació la génesis de la empresa transportista, al emplear uno que no logró vender para transportar mineros en viaje de ida y vuelta a la cercana taberna ”Alice“.  Luego de la Primera Guerra Mundial, y unos malabares de compra y venta de acciones, el negocio marchaba viento en popa: había llegado el momento de expandirse.  Para ello se asoció a su competidor, un servicio de taxis entre Hibbing y Duluth. Para 1915 se incorporó también la Compañía de Transportes Mesaba, con cinco autos.

Para 1922 Wickman dio un giro a su vida y vendió su parte en el negocio y se mudó a Duluth.  Dedicó entonces el dinero obtenido para comprar acciones en las principales líneas de ómnibus de entonces, hasta quedar asociado con Orville Swan Caesar, de la Superior White, y fusionarse como Motor Transit Corporation.  A partir de aquí comienza una serie de operaciones financieras en las que Wickman y sus asociados terminan disponiendo de la considerable cifra de un cuarto de millón de dólares.  Esto sucede alrededor de 1928 y para ese entonces ya eran varias las líneas absorbidas o asociadas a Wickman por lo que se decide comenzar un proceso de estandarización para identificarlos y diferenciarlos, algo que marcaría la diferencia de una vez por todas.  De esta forma los conductores usarían un uniforme de estilo militar, gorra y cinturón.  A su vez Wickman consentía a los dueños de las líneas locales absorbidas continuar administrándolas y como el sistema funcionaba muy bien, esto permitía a los viajeros realizar trasbordos entre las líneas locales pagando un solo boleto.  Cada una de las líneas recibía un porcentaje de la recaudación total, la Empresa principal absorbía los costos de mantenimiento, talleres, seguros, publicidad, impuestos y compra de autobuses nuevos. Wickman y sus socios realizaron acuerdos con Good Year y Firestone para la compra de neumáticos, con Texaco y Standard Oil para la compra de combustible y lubricantes, obteniendo así precios especiales.

El nombre Greyhound llegaría cuando durante 1928 y 1929 la ”Northland“, una de las líneas asociadas, subsidiariamente agregó varias líneas llamadas ”GREYHOUND“ en sus nombres, como: ”Northland Greyhound Lines“, ”Southland Greyhound Lines“, ”Picwick Greyhound Lines“ y la ”Richmond Greyhound Corporation“. En 1930, tantos afiliados estaban usando el nombre ”GREYHOUND“ que las compañías tomaron oficialmente el nombre de ”GREYHOUND LINES“. Igual que con tantas cosas celebres –como la frase OK o la marca Jeep– muchos aficionados  prefieren otra versión de la historia, algo como: ”un transeúnte exclamo admirado al ver circular uno de los nuevos autobuses de la compañía, que era tan suave como el correr de un Galgo (Greyhound)“.  Esto sin dudas son historias que sazonan la leyenda, pero lo importante es que el nombre de ”GREYHOUND“ y el logo del perro galgo aparecieron para quedarse. Su importancia para el transporte por carreteras en los Estados Unidos es histórica, y hoy día su radio de acción se extiende a todo el continente de Norteamérica.

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Jorge Esténger Wong