Este súper deportivo, de procedencia australiana, quedó como prototipo. Después de ver la luz en 2004 y que su creador y propietario de la marca, Matt Thomas, hiciera hasta lo imposible por producirlo aunque fuera una serie limitada, sin resultados. Parte del fracaso se debe a cuestiones financieras, además el bólido no cumplió las leyes australianas para circular en carretera. De cualquier manera el Joss Supercar tiene un diseño y prestaciones dignas de admirar.
El propulsor (construido en aluminio por una empresa exclusiva de la Joss que está enclavada en la ciudad de Melbourne) es un V8, ocho cilindros en V, de 6.8 litros de desplazamiento. Entrega una potencia de 500 CV a 5 750 rpm y un par motor máximo de 650 Nm a 2 800 rpm.
Transmite al tren trasero por medio de una caja de velocidades (Porsche G50) manual de cinco velocidades. La velocidad máxima del Joss Supercar es de 320 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en solo 3.7 segundos.
La carrocería se fabricó de fibra de carbono y Kevlar, mientras que en el chasis se combinó el aluminio y el acero. El coche pesa poco menos de una tonelada, exactamente 940 kilogramos, para una relación peso/potencia de 1.88 kilogramos por cada caballo de fuerza.