La bicicleta más alta del mundo está en Cuba

Creado: Dom, 15/01/2017 - 15:27
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Norland Rosendo González
La bicicleta más alta del mundo está en Cuba

Desde la década del 80 del siglo pasado, el nombre del cubano Félix Ramón Guirola debió estar inscrito en el libro de los récords Guinness. Sin embargo, por esas desgracias de la vida, ha visto como otros, con bicicletas más pequeñas, han pasado a la fama, y él, mientras espera porque se haga justicia, sigue siendo un personaje popular en La Habana, en casi toda Cuba y hasta un poco más allá.

Su historia por las alturas comenzó de niño, su papá, que era desmochador de matas de coco y palma, lo subía a esas plantas, cortaba par de pencas y lo soltaba para abajo. Y Félix iba en caída libre, como si estuviera planeando.
 
Su pasión por el ciclismo es de joven. Formaba parte de un piquete que se iba pedaleando desde su natal ciudad de Ciego de Ávila hasta las playas de diferentes regiones. Así fue a Varadero, salían los sábados por la noche, se pasaban el domingo en el balneario matancero y regresaban por la noche dando pedales. También fueron a Trinidad, Caibarién, Santa Lucía y cuanta playa existía en su provincia.
 
Pero tenía el deseo de hacer algo espectacular. En el año 1981 vio por primera vez un tándem (dos bicicletas pegadas, una detrás de la otra). Lo tenía un mecánico de la selección nacional de ciclismo. Él quiso comprarlo, pero no pudo, y eso que ofreció una suma que en aquella época alcanzaba casi para adquirir un carro (3000 pesos).

Faltaban dos días para los carnavales de Ciego y a Félix se le ocurrió una idea. Les dijo a su mamá y su abuela que iba a sacar la bicicleta más estupenda que hubieran visto. Fue a la ferretería, compró una bici y se la soldó a la suya, pero no atrás, sino encima, y así fue a pasear en una feria de cosas exóticas. Fue la sensación de aquel día. Era el inicio de su película en busca de las nubes.

Año tras año fue encaramándole un cuadro más hasta que llegó a siete y ya no podía seguir creciendo porque estaba muy próximo a los cables eléctricos. Le puso uno más y se fue a montar a la plaza Abel Santamaría. Allí lo vio Cándido Fabré, quien le dedicó una improvisación, hizo que Félix subiera a la tarima donde actuaba y el cantante se montó en la bicicleta.

En 2011 se casó en la habana, una ciudad donde se ha vuelto uno de los personajes más populares con sus inventos. Anécdotas tiene de todo tipo. Cuenta que hasta la policía motorizada lo ha detenido y al bajarse y preguntar qué infracción había cometido, le han respondido: ninguna, era solo para ver cómo te bajabas de ahí arriba.

Actualmente en el libro Guinness de los récords, aparece el estadounidense Richie Trimble como el hombre con la bici más alta, una de 6.16 metros. Pero más grande que esa tiene una Félix hace unos cuantos años, de 7.50 metros y en proceso está otra que la superará todavía más (10 metros).

Félix tiene una colección de bicicletas-jirafas. En una de 2.90 metros hace gestiones domésticas. Incluso, traslada a su esposa a su centro laboral y la recoge por las tardes. También tuvo una de más de 4 metros.

Cuando filmaron en La Habana fragmentos de la película Rápido y Furioso, los productores se quedaron impresionados con las bicicletas de Félix, pero le dijeron que no podían incluirlo en las grabaciones porque se iba a robar el show del filme.

El sueño de este hombre es que algún día su nombre aparezca en el Libro Guinness. Entre sus amigos está el único hombre que ha recorrido el mundo en bicicleta durante 16 años, el suizo Claude Marthaler, que ha venido a Cuba para verlo.

Pero ahora a Félix lo desvela el récord y sigue enfrascado en construir la bicicleta de 10 metros, para la cual necesita de cooperación, pues las piezas son costosas. Con esa, nadie le podrá quitar el deseo de acariciar las nubes desde su sillín. 

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Norland Rosendo González