La pasión del “Tabo”

Creado: Dom, 25/03/2012 - 18:55
Créditos
Jorge Esténger Wong
La pasión del “Tabo”

Octavio ”el Tabo“ García es conocido por los amantes del automovilismo en La Habana. Su labor como presidente del Club del Automóvil de La Habana es admirada por todos, y la imagen de su auto -un Ford Fairlane 1957- un ícono de los eventos en los que participa. Esta es la historia de ambos.

El Tabo creció en La Habana de los cincuenta, entre estridencias y convulsiones sociales. Del frágil oropel de esos años, camuflaje de muchas calamidades, le quedó para siempre una marcada afición por los autos que, resplandecientes de cromo, le llenaban los ojos de adolescente. Años más tarde, la nostalgia vino en rescate de la fantasía y, entre ambas, marcaron definitivamente a Octavio, quien se hizo chofer profesional. Por su labor durante décadas brindando servicios al turismo, ha podido conducir las más variadas marcas y modelos de autos, en épocas diversas. Sin embargo, ninguno le llena tanto el ánimo como el Ford 1957, el auto que siempre soñó en su adolescencia. En cuanto le fue posible adquirió uno, pero el estado en que se encontraba hacía muy difícil, sino imposible, una restauración que le satisficiera. Siguió esperando hasta que casi por casualidad encontró uno en Alquízar, un pueblecito a unos 30 km de La Habana. ”Tabo“ había llegado hasta allí por trabajo de un día, y los acontecimientos crearían un vínculo que terminaría siendo permanente. Era el año 1992, y en medio de no pocas dificultades, Octavio debió pensar bien si era el momento de intentar lograr su deseo: un Ford 1957, con todas las de la ley.

Comoquiera que las oportunidades ”se pintan“ solas Octavio se lanzó a su aventura, convenció al propietario del auto y logró adquirir el Ford 1957. El auto se encontraba en muy buen estado y ello le permitió conservarlo, y usarlo, por unos quince años, sin apenas realizar ninguna reparación importante. Superados los difíciles años noventa, conocidos en Cuba como Período Especial, el ”el Tabo“ pudo planear una restauración a fondo del auto de sus sueños. Junto al dueño anterior, cuya amistad mantuvo y continúa hoy, planearon todo el trabajo. El auto fue desmontado casi por completo y reparado, o sustituido, todo lo necesario. Ellos mismos hicieron con sus manos todo el trabajo, excepto la tapicería. Desarmaron todos los agregados principales y Octavio, a través de amigos y familiares, se dio a la tarea de encontrar las piezas originales que fueran imprescindibles. Sobre todo el motor y los frenos necesitaron repuestos originales, resueltos por familiares y amigos desde el exterior. La mayoría de las piezas, sin embargo, fueron reparadas con el inagotable ingenio criollo, incluso aquellas más impensables, como pueden ser las defensas o los cristales parabrisas. Los detalles como los cintillos, logos de marca y similares se repusieron con repuestos originales.

La dirección fue objeto de especial cuidado, con una reparación a conciencia que he tenido la oportunidad de disfrutar por la suavidad y precisión de su funcionamiento. Todo se hizo con mimo, cuidando los detalles. Un trabajo concienzudo, hecho con placer, que tomó casi cinco años en concluir. Hace apenas un año, en mayo de 2011, los que seguimos los eventos del auto de época y clásico en Cuba, vimos reaparecer el ”Ford del Tabo“ en el concurso de Elegancia por el Décimo Aniversario del Grupo Excelencias. Allí alcanzó el Segundo Lugar General, solo superado por otro Ford, pero de 1930, verdadera pieza de excepción.

En cuanto a Octavio, no cesa de laborar en la promoción del automovilismo de época, su labor al frente del Club del Automóvil de La Habana ya cubre una década y mucho ha contribuido al arraigo popular alcanzado por esta actividad. Bajo la organización y asesoría de la Federación de Automovilismo y Kartismo de Cuba, existen hoy numerosos clubes y asociaciones de autos de diferentes épocas y categorías, con una abultada agenda de actividades que al decir de Ernesto ”Quico“ Dobarganes, su secretario general, se encuentran en su mejor momento de las últimas décadas. Así, nos queda el sabor de que tantos años entregados a un sueño van dejando su fruto y la pasión adolescente del Tabo, va marcando una huella tan hermosa como su Ford 1957.

Créditos
Jorge Esténger Wong