Lada Samara: la promesa fallida

Creado: Lun, 22/02/2010 - 02:30
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Jorge Esténger Wong
Lada Samara: la promesa fallida

En los años de existencia del socialismo ”total“ europeo se hizo evidente el atraso de su industria automotriz respecto al mundo occidental. Con un innegable potencial humano, léase numerosos y talentosos ingenieros y técnicos, y una capacidad industrial suficiente esos países nunca pusieron mucho énfasis en el desarrollo de esta industria.  A mediados de los años ochenta, sin embargo, un pálido intento de reactivarla tuvo como resultado la aparición de algunos modelos que ofrecían un aire más moderno. Hoy veremos el Lada Samara, una evolución de la era soviética que aún empleaba tecnología base de los modelos Fiat 124 y 125 de finales de los años sesenta.

En un inicio el nombre Samara solo se empleó para las unidades de exportación hacia los mercados occidentales y dentro de la Unión Soviética se utilizó el nombre Sputnik con mayor arraigo y significado debido a los logros espaciales de los soviéticos a principios de los años sesenta.  El auto era un modesto compacto, que buscaba combinar la robustez de los modelos Niva (sobre todo el 4x4) con mejores perfomances, todo ello envuelto en un aire de ”modernidad“.

El Lada Samara se produjo en tres versiones de carrocería: tres, cuatro y cinco puertas. Estaban disponibles tres motores de gasolina y cuatro cilindros en línea de 1.1; 1.3 y 1.5 litros de desplazamiento respectivamente.  Con grandes expectativas de lograr insertarse en el mercado occidental y lograr niveles de ventas importantes Lada tuvo su principal aventura en el Reino Unido donde se mantuvo a la venta desde 1987 hasta 1997.    Llegó incluso a emplear a ingenieros de la alemana Porsche para afinar el motor y lograr así mejor rendiemiento.  Sin embargo, los resultados nunca aparecieron y luego de diez años el proyecto resultaba obsoleto y tuvo que ser abandonado.

El fracaso del  Samara en su aventura occidental se debió principalmente a problemas de calidad en todos los sentidos: desde su diseño, materiales utilizados y mano de obra. Ni su precio logró entusiasmar a suficientes compradores y los dealers debían incluso reemplazar algunas partes antes de vender los autos para lograr alguna atención de posibles clientes. Fue el caso de la careta frontal plástica, la cual daba al auto la clara imagen de auto barato y mediocre que luego encontraríamos al volante. El comportamiento errático de sistemas como la dirección; suspensión y frenos se encargaba del resto.   Mas tarde la incorporación de encendido electrónico sería otro atolladero para no pocos propietarios de estos vehículos.

Aún así el Samara era lider de su segmento en esa época y resultó un gran salto respecto a otros modelos Lada de la época, de los cuales sobresalía por su estilo hatchback; su tracción delantera y caja de cambio de cinco velocidades. Se situaba por encima del Skoda Favorit (en ese entonces la marca pertenecía 100% al estado Checoslovaco); Yugo Sana; Hyundai Pony y el Proton Aeroback.

Su gran culpa resultó en quedarse confinado en ese sector chatarra del mercado y no producir para la marca el salto hacia niveles superiores, lo cual no es un gran crimen pues si leemos la lista veremos que solo Hyundai logró por sí misma abrirse paso hacia la cúspide de la industria mundial automotriz. Finalmente para 2004 el último Samara salió de la línea de producción. Hoy a pesar de los pesares el tiempo todo lo puede y perdona y muchos hoy recordamos sus oportunos servicios en momentos que nuestros bolsillos, sencillamente, no daban para más. Gracias Samara.
 

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Jorge Esténger Wong