Si les pidiera que mencionasen deportivos de McLaren, ahora tan en boca de todos por su nueva aventura comercial y el próximo lanzamiento de todo un despliegue de máquinas que atacarán al corazón mismo de fabricantes como Ferrari o Lamborghini, probablemente me citarán el McLaren F1, el MP4-12C o incluso el SLR McLaren desarrollado por Mercedes-Benz. Pero, ¿habían imaginado alguna vez que la colaboración entre los de Woking y otros fabricantes había llegado hasta el punto de producir un McLaren M81 Mustang a principios de los años 80?
Septiembre de 1980. McLaren ya se ha labrado un buen nombre en la Fórmula 1. Un título de constructores y dos de pilotos con Emerson Fittipaldi y James Hunt, Ron Dennis regresa a la Fórmula 1 y el Proyecto McLaren, tal y como lo conocemos ahora, comienza a despegar. Ford por su parte acaba de estrenar su sección deportiva Special Vehicle Operations, con el objetivo de fabricar series limitadas de calle, muy exclusivas y espíritu de competición. Los astros se habían alineado para que naciera el McLaren M81 Mustang.
Alguien tuvo la feliz idea de preparar un radical Ford Mustang de calle que estuviera en condiciones de competir con una serie de sencillas adaptaciones. Para ello se basaron en un prototipo recién salido del horno, el Mustang IMSA Concept, se rebajó la carrocería, se instaló en el frontal una ”nariz sin agujeros“ y se perfiló la aerodinámica. La puesta a punto de las suspensiones dignas de un deportivo de competición y unas llantas BBS puro german style y neumáticos 225/55 R15 culminaron el trabajo final.
Para la mecánica se optó por el motor de cuatro cilindros en línea de 2.3 litros sobrealimentado que empleaba de serie por aquella época el Mustang de tercera generación. Si el turbo original soplaba a 0.3 bares y había un margen para estirarlo hasta los 0.8 bares, el McLaren M81 Mustang con 0.7 bares logró una potencia de 175 CV.
Por entonces se habían propuesto alcanzar una producción máxima y limitada de 250 unidades del McLaren M81 Mustang. El hecho de tener que ser ensamblado a mano por McLaren y un precio de partida excesivo, en comparación con un Mustang corriente, hizo que tan sólo se construyeran 10 unidades incluyendo el prototipo preliminar.
Sólo se construirían 10 unidades, pero al menos se puede decir que este deportivo tuvo un final feliz. La mayoría se decoraron con la carrocería naranja y otros colores como rojo y azul. Dadas sus características hubo unidades del McLaren M81 Mustang que incluso fueron adaptadas para la competición y tuvieron ocasión de hacer sus pinitos en las carreras.
La mayoría se conservan actualmente y, aunque poco, se dejan ver de vez en cuando.