Mercedes 260D: La primera aventura en el mundo del diesel

Creado: Dom, 01/06/2014 - 15:22
Créditos
Jorge Esténger
Mercedes 260D: La primera aventura en el mundo del diesel

Hoy los fabricantes buscan nuevas alternativas motrices para los automóviles. Más de medio siglo atrás una situación aún más calamitosa, la Segunda Guerra Mundial, obligó a Europa a buscar eficiencia y la respuesta llegó en la forma de la aplicación masiva de los motores diesel.  Veamos la historia, según Mercedes: su principal protagonista.

La mayoría de las factorías de automóviles en Alemania están ligadas a la historia del país, pero Mercedes y su modelo 260D con motor diesel, son un caso único: la difícil situación del país en el periodo de entreguerras, el paso por la guerra, y sus terribles consecuencias finales.  Fue en 1936 cuando la casa Mercedes, tras varios años de desarrollo, sacó al mercado una de sus más preciadas joyas, el entonces revolucionario modelo 260D que  incorporaba un motor diesel por primera vez en un auto de paseo. La motorización de un utilitario con un propulsor diesel no fue nada fácil, debían minimizar los problemas de la época con este tipo de motores y mejorar las prestaciones de potencia, claramente inferiores a sus rivales de gasolina.

Mercedes consiguió competir contra los motores de gasolina al reducir notablemente los problemas de vibraciones intrínsecos a ese tipo de propulsores. Además, consiguió mejorar las prestaciones equiparándolo a los motores de gasolina. El resultado fueron unas 2.000 unidades vendidas hasta 1940 y los acuerdos con la GESTAPO y las SS para suministrar las máquinas.  Vemos una vez más como, desafortunadamente, los contratos con la maquinaria bélica son verdaderos propulsores para las industrias ”civiles“. Esta lamentable circunstancia asocia la imagen de este modelo, tan importante en la historia del automóvil, como ”el auto de las SS y la GESTAPO“, soslayando en parte lo revolucionario de su motorización diesel.

Los ingenieros de Mercedes lucharon durante años contra uno de los principales problemas que presentaban este tipo de motores en la época, las excesivas vibraciones.  Para ello hicieron un rediseño completo de la ubicación de las cámaras de combustión del motor y consiguieron, además, aumentar el rendimiento del motor llegando a obtener 45 CV de potencia a 3.200RPM.  Las ventajas del motor diesel quedaban patentes en su reducido consumo, sobre todo si se compara con motores de gasolina de similar cilindrada.  Veamos: el cuatro cilindros diesel de Mercedes, montado en el 260D, consumía una media de 9.5 litros a los 100 kilómetros.  Uno similar, pero de gasolina, consumía 13.  En un momento tan complicado como lo fue el periodo entreguerras, en Alemania, las ventajas del motor diesel quedaron claramente justificadas.

Créditos
Jorge Esténger