El Mercedes S550 ha caído en manos de los preparadores americanos de MEC, que han conseguido convertir un bonito y elegante vehículo en lo que podría ser el medio de transporte de un gángster salido del Bronx.
El cambio estético pasa por el uso de una carrocería de tres piezas de aleación y en color negro que casan con sus llantas –también negras- y de mayor tamaño que las de serie, en las que monta neumáticos de 255/30ZR21 en el eje delantero y 295/30ZR21 en el trasero. La parte trasera es la más discreta, montando cuatro tubos de escape fabricados en acero inoxidable.
En el aspecto tecnológico también se han hecho cambios, añadiendo el sistema de suspensión variable, que permite subir o bajar 60 mm la altura de la carrocería respecto al suelo.
En el interior, mantiene el color de la madera del ébano en todos los acabados y monta un volante deportivo.