Esta, señores, es la triste realidad. Digo triste porque muchos, incluyéndome a mí, esperábamos que Rossi plasmara en el papel lo que para la mayoría es evidente ”ser el mejor piloto de todos los tiempos“. Pero lo que hasta hace dos años era pan comido, e incluso nueve años atrás cuando ganó su primera carrera de la máxima categoría en Mugello, se ha convertido, ahora mismo, en un reto bien difícil. Ese reto se llama Lorenzo, quien quiere retirar al Doctor antes de que él y la inmensa mayoría de los amantes del motociclismo quisiéramos.
Rossi, que tiene la vista de águila, lo percibió primero que nadie. Mandó a hacer el muro, le dijo a Yamaha que no lo quería en su equipo, cortó los cables que posibilitaban intercambiar telemetrías, guerra sicológica, de todo. Pero Lorenzo sigue ahí, como su peor pesadilla, la que no le permitió anotarse su segunda victoria del curso en Le Mans y la que pretende devolverle el favor de Barcelona, ahora en tierras italianas y bien cerca de su Tavullia natal.
Porque aunque el mallorquín se presentó en la primera conferencia de prensa en Mugello con piel de oveja, eso nadie se lo cree. Lorenzo va por todo en la casa de Rossi, para hacerle ver al público presente y televidente quien es el nuevo mandamás de la manada.
De los otros dos fantásticos, se espera una reacción de Stoner, más aún por ser el ganador de la pasada edición, en un circuito donde las Ducati se sienten también en casa. Pero de Pedrosa, nada se espera. Si no ganó en Jerez, ni cogió podio en Le Mans, mucho menos lo hará en el trazado italiano donde los pilotos sufren un desgaste físico impresionante. Ya Honda tampoco espera campeonatos con el barcelonés y le ha permitido a Dovizioso desarrollar su propia moto y los resultados del italiano están ahí – dos terceros lugares y un sexto-, que lo colocan tercero en la carrera de pilotos este curso.
Brillante ha estado Hayden al inicio de temporada. Digo brillante, porque está sometiendo a la indomable como solo Stoner suele hacer, y mira que han pasado pilotos buenos por las rojas de Boloña tratando de domarlas. Nicky está acariciando el podio de una manera tal que, más temprano que tarde, subirá al estrado a celebrar con champan.
Si el genio de la lámpara de Aladino me concediera un deseo, no dudaría en pedir la victoria de Valentino en Mugello. Si me concede el segundo, que Rossi gane el campeonato. Y si me concede el tercero, entonces pido que Lorenzo sea el digno relevo del duende de Tavullia. Pero de las tres peticiones, la que viene segura y por ley natural es que Jorge será, sin lugar a dudas, el relevo del mejor piloto de todos los tiempos.
Esperemos el domingo, va y el bueno de Aladino me presta la lámpara, la froto, y sale el genio a concederme mis deseos.