Pegaso Z-102, alas de la fantasía en un tiempo oscuro

Creado: Sáb, 23/06/2012 - 22:59
Créditos
Jorge Esténger Wong
Pegaso Z-102, alas de la fantasía en un tiempo oscuro

La España de mediados de siglo XX, sufrida y limitada, puso alas a la fantasía y voló en vehículos de ensueño, como este bólido de Pegaso: nuestro protagonista de hoy.

Como sabemos, Pegaso era la marca comercial que la empresa española ENASA, ahora integrada en el consorcio Iveco, utilizaba en sus automóviles y camiones, y que tanto renombre alcanzó a mediados del siglo XX. De su producción sobresale un modelo deportivo de alto performance: el Z-102.

El Pegaso Z-102 es un automóvil que cuenta, además, con una singular historia. Su diseñador, el Ing. Wilfredo Ricart, regresó a su natal Barcelona al finalizar la Segunda Guerra Mundial, huyendo de Italia. Por ese entonces ENASA, empresa creada sobre las cenizas de Hispano-Suiza, se limitaba a la fabricación de camiones y autobuses, y Ricart, ingeniero ya experimentado en la competición con Alfa Romeo y colaborador allí de Enzo Ferrari, solicitó permiso para la fabricación de un automóvil de altas prestaciones, de forma que funcionara para dar renombre y prestigio a la naciente empresa. Además, era una época de aislamiento económico de España y todo el proyecto resultaba útil para abrir las puertas del mercado internacional.

Ricart, que ya había desarrollado motores V12, decidió optar por un motor V8 para equipar al Z-102. Fue construido de aleación de aluminio y dos árboles de levas por cada bancada. Otra característica destacable para la época era el hecho de estar sus válvulas de escape refrigeradas por sodio líquido. El motor original (luego existirían varias versiones) podía llevar uno, dos o cuatro carburadores de doble cuerpo Weber, en posición invertida. También era posible elegir entre relaciones de compresión de 7.5:1; 8.0:1 y 8.5:1. Según la variante escogida, la potencia entregada por el motor variaba entre 160 y 180 CV, a un régimen de giro de 6 300 a 6 500 rpm. La suspensión era independiente en las cuatro ruedas y delante llevaba barras de torsión con eje De Dion en la trasera, en una disposición revolucionaria para la época, luego incorporada en otros modelos más modernos. El chasis era multitubo y la caja de cambios ZF de 5 velocidades de dientes rectos no sincronizadas y diferencial autoblocante.

El encargado de diseñar la carrocería fue Medardo Biolino, pero a pesar de conseguir un resultado bello, su construcción en acero, limitaba las prestaciones del Z-102. Posteriormente, el diseño fue evolucionando, siendo el cambio más notable la apertura de los pasos de rueda para mejorar la refrigeración de los frenos. Después, se pensó en que fuera vendido como chasis para ser carrozado más tarde por una empresa externa, y de hecho existieron versiones por Bianchi Anderloni, y su equipo de Superleggera Touring, y por la firma francesa gala Saoutchik.

De las fábricas de Pegaso salieron un total de 84 unidades del Z-102, aunque dadas las múltiples variables del modelo, se puede arriesgar el criterio de que no hay dos iguales. Hubo hasta 30 carrozados diferentes entre los que elegir, 3 motorizaciones distintas, volante a la izquierda o a la derecha, distintas configuraciones de frenos, transmisiones o carburadores, además de los utilizados para competición,  Hoy se calcula que unos 30 hayan sobrevivido, convirtiéndolos en muestras extraordinarias de una convulsa época del país ibérico.

Créditos
Jorge Esténger Wong