A principio de mes se conoció la noticia desde el mismo seno del equipo: en 2017 Citroën Racing participará tan solo de un campeonato mundial.
La confirmación de su ingreso a la Fórmula Eléctrica de la mano de DS puso en otro plano los objetivos del departamento de competición.
Optar por el World Rally Car o el World Touring Car Championship es lo que se debate por estos días.
Algunos podrían sugerir que si se confirma la participación de Sebastian Loeb en el Dakar, con un Peugeot 2008 DKR, el WTCC sería la categoría descartada. Sin embargo, hay razones de mercado que obligarían a la marca del doble chevron a mantener en competencia a los C-elisse.
En el Rally Mundial, Citroën Racing desde el 2001 a estos días, acumula: 94 victorias (78 exclusivas de Sebastian Loeb), 8 titulos de constructores y 9 de pilotos todos del ex gimnasta. Asimismo todos sus modelos fueron ganadores: el Xsara, el C4 y el DS3.
Durante la era del múltiple campeón quedaron opacados pilotos como Colin Mc Rae, Carlos Sainz, Phillipe Bugalski, Xavi Pons, Dani Sordo, Francois Duval y Miko Hirvonen. El único que osó plantarle batalla superándolo en el mano a mano, fue Sebastien Ogier. La historia ya se conoce, tuvo que partir a Volkswagen para poder reinar.
Kris Meeke y Mads Ostberg desde el año pasado llevan la pesada cruz de mantener reverdecidos los laureles. Sin embargo sólo en argentina, el norirlandés pudo triunfar. Sin Loeb, el equipo dejó de ser el que era.
Vale como muestra lo que sucedió en Polonia: estrepitoso fracaso con Ives Matton reconociendo que el no haber ensayado previamente al evento terminó perjudicándolos. Una subestimación que puede estar íntimamente relacionada con este momento de fuertes decisiones.
Alejados de los éxitos de aquella década, y ya con la marca DS involucrada en otro desafío que plantea el motorsport del presente y del futuro, con motores eléctricos y nuevas tecnologías que buscan preservar el medio ambiente, ¿qué sentido tiene seguir en WRC?
Daría entonces la sensación que una etapa ya está cumplida, que la gloria hay que experimentarla y sostenerla en otro ámbito: en las pistas convencionales y no haciendo derrapes en caminos inhóspitos.