Rinspeed Oasis prototipo: la mujer y el auto, ¿no se prestan?

Creado: Dom, 12/02/2017 - 19:09
Créditos
Jorge Esténger Wong
Rinspeed Oasis prototipo: la mujer y el auto, ¿no se prestan?

Conducción autónoma, conectividad e interacción.  Con estos elementos el Oasis aporta nuevos criterios al automóvil.  Ahora incluso podremos ”prestar“ nuestro coche mientras no lo usemos.  ¿Que el carro no se presta?  Piénselo, podría hasta cobrar por ello.

El automóvil cambia, su esencia se transforma y la informática parece que suplantará a la mecánica, de una vez por todas.  Es muy probable que, en un futuro, paguemos por los ”updates“, no por filtros de combustible, y nuestro carro dará servicio a otros mientras no lo usemos.  Podremos cobrar por ello. El Rinspeed Oasis es un ejemplo de esta tendencia.  Con un diseño dramático, es muy ancho respecto a su longitud, con una gran superficie acristalada, está condicionado por el uso extremo de la informática y la conectividad.

Le han diseñado para la ciudad.  Se mueve a base de electricidad, en un esquema muy parecido al de Ferdinand Porsche, en 1901: dos motores eléctricos, uno a cada rueda, pero aquí a las traseras. Así, las ruedas delanteras pueden girar en un ángulo muy grande, hasta 70 grados para cada lado y, gracias ello, maniobra en un espacio muy reducido.  Lo que aporta la tecnología actual al esquema de Herr Porsche es la batería, de tipo LiFePO4, la cual alimenta a los motores, tiene una capacidad de 12 kWh y garantiza una autonomía de 100 kilómetros.

El Rinspeed Oasis lleva un sistema de conducción autónoma y puede interactuar en las redes sociales para ayudar al conductor en su vida cotidiana e incluso a terceros.  El habitáculo está concebido para que se pueda usar como oficina o sala de estar. Cuando no se conduce, el volante se pliega y se puede utilizar como bandeja o como soporte para un teclado.  Además, lleva un sistema de comunicación por vídeo y audio Skype, con traducción simultánea.  Sobre el salpicadero hay una pantalla —de resolución 5k— muy ancha y ligeramente curvada. El parabrisas también sirve como una pantalla, pues sobre ella se proyectan imágenes, mediante tecnología láser, de realidad virtual y aumentada.  La incógnita será cómo seremos capaces de atender tantas cosas a la vez.



Este prototipo está preparado para que pueda circular sin ocupantes en su interior. Esto tiene varias aplicaciones. Así, durante el tiempo que no lo usemos, el coche puede estar al servicio de otras personas, lo cual puede resultar en un ingreso extra para nosotros.  Este es un concepto que varios fabricantes ya manejan y que resulta interesante, dejando en el pasado aquella frase tan latina de: ”carro y mujer no se comparten“. 

Créditos
Jorge Esténger Wong