Tras los accidentes de María de Villota, Jules Bianchi o Justin Wilson, a la postre mortales por graves contusiones en la cabeza, la FIA no ha dejado de trabajar en una solución para cubrir el habitáculo de los monoplazas. No hay una solución que no entrañe algún inconveniente, pero la idea es que la integridad del piloto está por encima de cuestiones menos importantes.
Después de varios años de pruebas, son tres las soluciones que se plantearán a los protagonistas y a los equipos, en una presentación que la FIA realizará el viernes. Parece que el HALO (nombre que recibe el prototipo desarrollado por Mercedes) es el favorito para ser el elegido. Es completamente rígido y está formado por una pieza superior en forma de boomerang, con un fino pilar delantero para no dificultar la visibilidad.
Parece el más seguro para repeler un objeto que llega de forma frontal, lateral o superior. La única pega puede ser la falta de visión en ascensiones pronunciadas, como las de Eau Rouge, en Spa, o el ángulo inicial de Austin.
La cúpula, con interrogantes
Es la solución más estética y la que aparece en los prototipos futuros de McLaren, Ferrari o Red Bull. La cúpula estilo caza de combate presenta el primer inconveniente de la visibilidad en caso de lluvia fuerte con viento. También el de la extracción, si se abriría de forma automática tras el impacto o de si el piloto puede accionarlo. Los materiales flexibles también serían peligros al poder repeler un neumático hacia el público.
La tercera es una jaula situada en el morro de coche, que actuaría como repelente de lo que llegara desde la parte frontal. Parece que es la que menos convence a todos porque deja los flancos descubiertos y no evitaría algunos de los supuestos recientemente trágicos.