La red de ferrocarriles francesa acaba de implantar un nuevo récord mundial de velocidad para viajar en tren, a la astronómica rapidez de 574.8 km/h. Esto se ha logrado hace solo unos días, el pasado martes 3 de abril, y se llevó a cabo con el concurso de SNCF (siglas de los ferrocarriles franceses) y la constructora de equipos ferroviarios Alstom, quienes desarrollan el proyecto V150 (velocidad: 150 metros por segundo, o lo que es igual: 540 km/h).
Corriendo por la vía férrea París-Estrasburgo, sobre una línea de alta velocidad completamente nueva, pero sin uso comercial todavía, exactamente a la 1 y 13 de la tarde, el velocímetro de la rama 4402, colocado en el kilo 191, midió el cruce del tren a 574.8 km/h. Esto supera los 540 km/h que se pretendía conseguir y, al mismo tiempo, termina con el récord anterior de 515 km/h, el cual data de 1990.
La nueva línea por donde corrió el veloz tren, quedó totalmente destrozada en el tramo entre Preny (Lorena) y la estación de Champagne-Ardennas, de Bizanne, cerca de Reims. Esta novedad hace que los especialistas en vías férreas tengan que emplearse a fondo en busca de una solución para el tráfico de trenes de alta velocidad, cada vez más rápidos, que requieren líneas muy superiores a las actuales.
El objetivo principal del proyecto V150 es que los ferrocarriles franceses participen activamente en la bolsa comercial ferrocarrilera, que a nivel global tiene una explosión financiera favorable por estos tiempos. Contratos multimillonarios se están peleando entre empresas ferroviarias de todo el mundo.
Al aumentar la velocidad del tráfico (alrededor de 550 km/h), el ferrocarril hace competencia a la aviación comercial de curso corto, que vuela sobre tierra, muy vapuleada tras los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos.