Zil 112: el misil ruso silenciado por la guerra fría

Creado: Dom, 04/05/2014 - 15:42
Créditos
Jorge Esténger Wong
Zil 112: el misil ruso silenciado por la guerra fría

Occidente se ha atribuido, por décadas, el título de líder en avances tecnológicos y logros científicos.  Esto ha incluido al  automóvil.  Ha sido tanto el barullo, que muchos deben hacer un esfuerzo para recordar que el primer cohete, el primer satélite y el primer hombre en salir de la órbita terrestre, fueron soviéticos.  Justo en esos años, un automóvil soviético despedazaba cifras de velocidad, pero sus hazañas apenas son conocidas, esta es la historia del Zil 112, el misil rodante ruso.

Durante los años sesenta, y aún por varios lustros más, se presentaba a la industria soviética del automóvil como obsoleta y arcaica.  Apenas se reseñaban algunos autos de lujo, para fines de protocolo, que producían las marcas Zil y Chaika, y casi siempre se enfocaba el matiz político del asunto.  Sin embargo, con todas las limitaciones innegables de los vehículos soviéticos de aquellos años, lo cierto es que en los países donde se comercializaron aún circulan miles de ellos, que fueron tan estigmatizados como el Moskvich, el Niva o el Zghuli.  Pero a lo nuestro, el súper bólido Zil 112.

Como hemos dicho la marca Zavod Imeni Likhacheva (ZIL) siempre ha sido reconocida por sus vehículos de gran porte y desenfrenado lujo. Sin embargo, en los años sesenta diseñó y produjo –aunque en pequeña serie- un súper deportivo capaz de lidiar con los mejores de occidente en esos años.   Con un diseño muy atractivo, líneas aerodinámicas,  y muy logrado interior, el Zil 112 era un descapotable que atraía de inmediato, algo muy raro en los productos soviéticos en general –famosos por los diseños torpes y pesados- y especialmente en los autos.

Su frente nos resulta muy atractivo, con una gran parrilla frontal sobresaliente y enmarcada en dos faros redondos desde los cuales corren los guardabarros delanteros por todo el lateral del auto, hasta continuar en los guardabarros traseros aupados, cual cintura de supermodelo, sobre las puertas, carentes de manillas ni otro aditamento. Todo el conjunto goza de gran fluidez, notándose un esfuerzo en la aerodinámica hasta el punto de los detalles, como el mencionado de las puertas sin manillas. 

Para mover el súper misil soviético estaba un motor de gasolina V8, con una cilindrada de seis litros (exactamente 5980 cc), el cual podía entregar la nada despreciable cifra –para aquel entonces- de 230 CV.  Los datos existentes reportan que el Zil 112 pesaba hasta 1300 kg, completamente repostado, y lograba alcanzar los 100 km/h en apenas 9,0 segundos, desde la inmovilidad. Llegaba a una velocidad máxima de ¡260 km/h! Para que tengan una idea: son, prácticamente, las mismas cotas del Corvette norteamericano de esos años, excepto la velocidad máxima, que es superior.

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Jorge Esténger Wong