El motor que funciona con agua

Creado: Mar, 26/09/2023 - 23:08
Créditos
Por Willy Hierro Allen
Motor de agua

¿Realidad o fraude? Todos pudieron ver a Arturo Estévez tomar un buche de agua y echar el resto de la garrafa al depósito de su ciclomotor y salir andando, ante el asombro de los presentas. ¿Es que funciona con agua?

Los televidentes que escucharon, aquella noche de octubre de 1970, a Arturo Estévez Valera declarar en el célebre noticiero NODO de la España franquista: "de mi patente, la licencia para España la cedo gratuitamente al Estado para beneficio de todos los españoles". Nadie lo podía creer, ni siquiera el mismísimo general Francisco Franco, jefe del Gobierno español entonces.

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Pero la alarma no solo fue en España, un anuncio así en la crisis petrolera de los 70, era un boom internacional. ¿Y quién era ese tal señor que decía haber resuelto la crisis mundial del transporte con un poco de agua? Nada más y nada menos que ¡recorrer 900 km con solo 4 litros de agua! Arturo Estévez lo afirmaba vehementemente.

Estévez se preciaba de ser inventor ¡y lo era! Había nacido en el pequeño pueblo de Valle de la Serena, provincia de Badajoz, y ya tenía patentados un asador de pollos con infrarrojos y el Plano Ala, una especie de artilugio capaz de recuperar cohetes (aspiraba a ser el Space X de España). Y ahora tenía a mano el motor que funcionaba con agua. 

Viajó por todo el país con su ciclomotor alimentado con agua, acaparando la mirada crítica de las gasolineras, colectado asombros y seguido de cerca por la prensa de la época. Y tanta atención terminó por despertar mucha admiración e incredulidad: los primeros solo aplaudían, los segundos van a investigar. Porque ¿cuál era el misterio?

Sus seguidores lo tildaban de visionario, al tiempo que los que llevaban a cabo las investigaciones hicieron púbico los resultados: el agua era solo uno de los tres elementos de la tal fórmula secreta, otro era el hidrógeno, pero ¿cuál sería el tercero? Ahí estaba el misterio de Arturo Estévez. Por su parte, el general Franco mandó a investigar, no a Estévez, sino a la tal fórmula secreta.    

agua

Mientras, Arturo Estévez seguía rodando en su ciclomotor por España, con su garrafa de pura agua, de la que ingería un buche y vertía el resto en el depósito del vehículo. Trataba de convencer a alguien de la importancia de su invento, ¡y lo consiguió! El empresario José Carrera Rey le pagó la suma de 6 000 000 (seis millones) de pesetas por adjudicarse la mitad de los derechos del fabuloso invento.

Sorpresivamente, Arturo Estévez Valera desapareció junto con su invento, el tercer producto misterioso de la fórmula y el ciclomotor. Lo denunció el atribulado empresario Carrera, quien dijo que con Estévez desaparecieron también sus seis millones de pesetas. Nunca más se supo de este inventor convertido en estafador.

Y comenzaron las fábulas del inventor/estafador Estévez y el motor que funcionaba con agua. Unas dicen que el franquismo “ocultó” el invento y otras, que las petroleras decidieron “silenciar” a tan prodigioso inventor. Y como nunca más se supo de Estévez, tampoco se pudo conocer el tercer elemento de su fórmula secreta.

Sin embargo, hoy se conoce que el boro, un elemento químico de la tabla periódica (número atómico 5), ligado con agua produce hidrógeno, y que ese combustible era capaz de hacer funcionar el motor de combustión del ciclomotor ¿Sería boro el tercer elemento de la fórmula de Estévez? Eso nunca lo sabremos. 

Agua

Cuentan que el “informe técnico” ordenado por el general Franco, decía que el invento de Estévez era perfectamente posible, pero… hasta ahí. En 1974 apareció un auto de procesamiento por estafa contra Arturo Estévez Valera; sin embargo, en 1977, los magistrados fallaron que el susodicho no había cometido delito porque demostró que creía en su invento.

El hijo de Arturo Estévez dijo a TVE que su padre debió haber muerto en la década entre 1980-1990. Y por si se embulla a echarle agua al motor de su auto o moto, le comento que para recorrer 600 km necesitará 45 litros de agua y 19 kilogramos de boro. La buena noticia es que el agua no es difícil de conseguir, la mala es que los 19 kilos de boro cuestan 68 000 euros.

Créditos
Por Willy Hierro Allen

Sobre el autor

Periodista, licenciado en la Universidad de La Habana, hace periodismo desde 1971. Dirige publicaciones especializadas. Escribe sobre transporte terrestre, aéreo y marítimo y trata temas de cultura y turismo. Ha escrito para radio, televisión y prensa plana. Premiado en concursos y coautor de libros. Fue corredor de motocicletas en los años 60 y conoce de mecánica.