El piloto de Yamaha, Maverick Viñales, se reencuentra con el triunfo en el circuito de Assen y Márquez es ahora más líder del Campeonato Mundial de MotoGP.
Diez carreras después del Gran Premio de Australia 2018, el español Maverick Viñales y Yamaha han vuelto a saborear las mieles de un triunfo. Era el de Assen un circuito que, vistas las jornadas previas, prometía grandes emociones, pero en el box de Honda echaron mano a la calculadora, y las cuentas permitieron a su compatriota Marc Márquez ensanchar la brecha que le permite dominar sin mayores sobresaltos el campeonato.
La habitual parada holandesa del Mundial de MotoGP fue en cambio otra gran pesadilla para Jorge Lorenzo después de otra caída, ahora en los entrenamientos libres y muchísimo más aparatosa que la de Montmeló, que le dejaba dos vértebras fracturadas y un buen reposo hasta la carrera de Brno, en el mejor de los casos.
En la otra cara de la moneda se colocaba el jovencito Fabio Cuartararo, estrenando pole en su hoja de servicio como el mejor presagio de su actual estado de forma sobre una Yamaha que ha llevado tres veces seguidas al podio.
Sin embargo, la gran nota de partida la pusieron las Suzuki de Alex Rins y Joan Mir, líderes hasta que el primero besaba el asfalto en apenas dos vueltas y su compañero no podía sostener el ritmo de Márquez, Viñales y Andrea Dovizioso, quien rodaba cuarto para entonces. Por detrás, un Valentino Rossi que partía en el puesto 14 lograba rebajar algunas posiciones, pero terminaría por el suelo firmando su tercera capitulación seguida sin poder llegar a la meta.
Superada las primeras rondas, la lucha se dividió en grupos de candidatos. Por delante Cuartararo sostenía el pulso a Márquez y Viñales, y a la caza andaban Dovi, su compañero de equipo, Danilo Petrucci, Mir y la Honda de Franco Morbidelli.
Hubo algún que otro “intercambio de golpes” en la punta entre el líder y el ganador de la pole, pero siempre con Viñales listo para sumarse a la danza de los adelantamientos. El punto de quiebre llegó con el acelerón de Viñales en la vuelta 15, y Márquez aprovechaba la maniobra para también superar al francés.
El mano a mano quedaba planteado, pero lo que pintaba a batalla terminó en simple escaramuza. Las señales del muro de Honda invitaban a la cautela y Márquez, seguro de que la diferencia de 37 puntos con que había llegado a los Países Bajos podía crecer, se dedicó a dosificar fuerza y minimizar errores.
Terminaba así la sequía de Yamaha y la penitencia de Viñales. Ahora con 44 puntos de ventaja sobre Dovi, Marc olfatea su sexta corona. Serán 11 carreras para tratar de terminar en las dos primeras posiciones. Esa es la cuenta que ya ha sacado para vencer la segunda mitad del curso.
