La bujía ideal.

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:31
Créditos
Jesús Piñón

En los motores de gasolina (ciclo Otto), las bujías son el elemento encargado de provocar el comienzo de la quema de la mezcla, y lo hacen mediante la generación de un arco voltaico entre sus electrodos. Además de las diferencias físicas necesarias (tamaños y tipos de unión), las bujías se clasifican entre sí por su grado térmico.

El grado térmico equivale a la capacidad de la bujía para transferir calor a la tapa del block y, de ahí, al sistema de refrigeración del motor. Una bujía ”fría“ transmite mucho más calor a la culata que una ”caliente“. Es decir, la bujía no es ”fría“ o ”caliente“ por la temperatura que alcanza, sino por el calor que trasmite.

Dependiendo del tipo de motor, se necesitan entre 350 y 500º C de temperatura para que se produzca un auto limpiado de la bujía. Si la temperatura es demasiado baja, los residuos no se queman completamente y se depositan sobre los electrodos. Funcionando así, pueden llegar a impedir que salte la chispa.

Si la temperatura es demasiado alta, la bujía incandescente podría iniciar la combustión antes de que salte la chispa (autoencendido). Esto produce un mal funcionamiento del motor provocando graves daños, si el avance de encendido provoca detonación. La temperatura que no hay que superar para que trabaje correctamente se sitúa entre 800 y 950º C.

Por eso es importante que usted conozca el valor térmico de las bujías de su motor, recomendadas por el fabricante. Si le gusta ir muy rápido le recomendamos un punto más fría, y si es de ir despacio puede usar una más caliente. Su vehículo se lo va a agradecer.

Créditos
Jesús Piñón