
Los que pensaron, y me incluyo, que Lorenzo se tomaría las cosas con calma el fin de semana, calculadora en mano, nos equivocamos. El mallorquín puso en Brno más que números corazón y dejó sin opciones de triunfo a Pedrosa que salió desde la pole. No obstante, el barcelonés terminó segundo por delante de Stoner, quien bajó del podio a Ben Spies que realizó una notable carrera.
Rossi, después de caerse el sábado en clasificatorias y protagonizar una enredada arrancada el domingo, pudo terminar quinto el GP checo, una carrera donde todos esperábamos mejores resultados de Il Dottore. Más aún, si tenemos en cuenta que luego de su regreso, en Alemania fue cuarto y en Laguna Seca tercero. Pero no hay dudas que la caída sabatina, aunque no hizo daños físicos sí lo afectó psicológicamente.
Lorenzo impuso un ritmo arrollador desde la primera vuelta cuando, después de mantener su posición tras la primera curva, metros adelante tomó la punta de un solo golpe que dejó sin reacción a Pedrosa que pasó a tercero por detrás del norteamericano. Pero una vuelta después, Dani rebasó al novato de Yamaha para asegurar la segunda plaza. Un lugar que, si bien no es malo, está bien lejos de las esperanzas de Honda por recuperar los planos estelares de principios de esta década.
Buen regreso de Randy De Puniet, quien después de sufrir, hace menos de un mes, fractura de tibia y peroné, decidió subirse a la moto en la República Checa terminando en la décima posición. Por otra parte, Suzuki va de mal a peor. Sus dos pilotos Capirossi y Bautista rodaron por los suelos, el italiano en la segunda vuelta y el español en la última, para dejar limpio el casillero de las azules celestes.
Con esta victoria de Lorenzo, séptima del curso, deja sentenciado el mundial. No solo por la ventaja en puntos sino porque no hay quien, ahora mismo, le haga resistencia al mallorquín. Además, se está gastando un paso para récords: son siete triunfos y tres segundos lugares en diez carreras, mejor imposible. Después de hoy es el piloto español con más triunfos en la categoría reina por una temporada, superando a Alex Crivillé, quien logró seis triunfos en 1999, un año en que fue campeón, cuando se corría con las legendarias 500 cc.