Hace apenas unos días Mercedes-Benz presentó en Ámsterdam (Países Bajos) la Clase A 2018 y la noticia trae cola. No solo porque todo nuevo Mercedes es un Mercedes, sino porque en este caso se trata del primer exponente de la nueva generación de compactos de la marca.
De hecho, además del tradicional hatchback y de una futura versión híbrida enchufable, se sabe que el modelo sumará una variante sedán para competir contra el BMW Serie 1 y el Audi A3.
La llegada de esta carrocería no significa la desaparición del CLA, pues se viene a ubicarse justo debajo de este con un diseño más sobrio y dimensiones más contenidas, sin lucir por ello menos agresivo.
En cualquier caso, la Clase A contará con motores de gasolina de 1.2 y 1.4 L, junto con el nuevo 1.3 L desarrollado junto con Renault, así como un bloque diesel 1.5 L fruto de esa sinergia, mientras que el sedán podría quedarse únicamente con el 2.0 L.
Aunque la mayor renovación se aprecia en el apartado tecnológico, donde la marca anunció, y ya se podía intuir desde las primera fotos oficiales del habitáculo, la presencia del sistema telemático MBUX (Mercedes-Benz User Experience), capaz de aprender los gustos y rutinas del conductor, mediante el uso de la inteligencia artificial.
Tampoco hay que perder de vista la nueva doble pantalla central de alta resolución Widescreen Cockpit, que da soporte a la instrumentación y el sistema multimedia, la navegación con realidad aumentada, el control por voz “Hey Mercedes” y el nuevo mando de control con superficie táctil...
A fin de cuentas, esta revolución de Mercedes no es fortuita, pues las cifras de sus compactos son grandilocuentes. La mitad de los clientes que han adquirido uno en estos años jamás habían tenido un coche de la marca, mientras que la edad media de los compradores del Clase A ha bajado 13 años con respecto a la anterior generación.
Tras este debut en sociedad, la presentación del modelo ante el gran público tendrá lugar en el próximo salón de Ginebra, previsto del 8 al 18 de marzo.
