Inaugurado el 6 de junio de 1892, el Metro de Chicago es por su antigüedad el tercer sistema de Metro en el mundo y el segundo en EE. UU., después del Metro de Nueva York.
El Metro de Chicago es conocido coloquialmente por sus residentes como "L" (elevated), pues aunque tiene algunos tramos subterráneos, en trincheras y en superficie, la mayor parte de su recorrido lo efectúa sobre puentes elevados que forman una tupida red, sobre todo en el centro de la ciudad. Si bien no posee una gran longitud, con solo 171 km de vías, ocho líneas y 145 estaciones, mueve alrededor de 780 000 pasajeros por día durante 24 horas.
La vía elevada coincide en gran medida con las principales avenidas (corre sobre las mismas) y acorta el tiempo de transportación desde la periferia hacia el centro de la ciudad. En 2005, el periódico Chicago Tribune incluyó a "L" como una de las siete Maravillas de Chicago.
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En la década de los años 30, con la Gran Depresión, sufrió una fuerte disminución en su actividad y desarrollo; su reanimación no comenzó hasta el 17 de octubre de 1943 cuando se inaugura una nueva ruta. La próxima inauguración fue el 25 de febrero de 1951 con dos líneas subterráneas. Ya en 1947 el sistema había pasado a la jurisdicción de la Chicago Transit Authority (CTA), a cargo entonces, no solo del sistema de Metro; también de la red tranviaria. De esta forma comienza un nuevo impulso al "L" que continúa hasta hoy.
En 1964 se incorporaron al servicio los primeros coches con Aire Acondicionado y en 1973 se sustituyeron los anteriores a la II Guerra Mundial con otros de tecnología mas avanzada. Al mismo tiempo, se crearon nuevas líneas que en conjunto forman las ocho actuales; incluyendo la circular, que atraviesan las demás.
Ya en 2006, el "L" transportaba el 36 % de los 1.5 millones de pasajeros/día en la ciudad, mientras el resto era movido por la red de autobuses. Actualmente la tendencia es al aumento en la participación del Metro con relación a los ómnibus. Varias compañías de telefonía celular han costeado cobertura 4G a las principales líneas del Metro.
La modernización total incluye el cambio de las vías para una mayor velocidad que puede alcanzar casi los 90 km/h; reconstrucción de estaciones (algunas datan de 1895) y trabajos de bloqueo a infiltraciones hidráulicas que pueden afectar el sistema; como fueron las inundaciones de 1992 que mantuvieron varias semanas fuera de servicio gran parte de dos líneas del Sistema.
Un grupo de los nuevos coches incorporados, pueden operar no solo a 600v.DC como el resto de las líneas; pueden igualmente, mediante convertidores incorporados, trabajar a 600v. AC , para posibles cambios futuros. El metro de Chicago, sin dudas, el ¨L¨ seguirá formando parte de la historia de esta ciudad.
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